Cada vez que comienza una nueva generación de consolas, se inicia el debate sobre qué compañía dominará. Este tema debería interesar más bien a las empresas implicadas, pero a los aficionados realmente nos encanta. Mientras que Sony arrasó con PlayStation y PlayStation 2, la pasada generación las cosas estuvieron muy ajustadas entre Xbox 360 y PlayStation 3, y todo parecía indicar que la situación se repetiría con sus respectivas sucesoras.
Sin embargo, vamos a comprobar cómo Xbox One ha empezado muy mal su vida comercial, hasta tal punto que muchos ya contaban con una victoria segura de PlayStation 4 durante esta generación. Veremos también cómo está el mercado a día de hoy y, por último, descubriremos que Microsoft ha reaccionado muy fuerte ante el desastre, y que Xbox One podría ganar cuota rápido. Empieza nuestro análisis:
Los terribles comienzos de Xbox One
Lo cierto es que la presentación de Xbox One fue un verdadero despropósito, y desde entonces la empresa ha cambiado prácticamente todas sus políticas para reconciliarse con los consumidores. Para empezar, Xbox One planteaba una conexión obligatoria a Internet y un sistema que limitaba la venta de juegos de segunda mano. Tan fuerte fue el rechazo que estas características no llegaron ni a ver la luz. Por otro lado, la consola ofrecía un importante componente multimedia: sirve para jugar, pero también para ver la televisión, usar servicios en streaming o aplicaciones específicas. El problema es que los aficionados quieren juegos, todo lo demás se vuelve secundario. Así que Microsoft ha tenido que dejar de lado las otras funciones y centrarse en el ocio electrónico.
Por otro lado, Xbox One apostaba muy fuerte por Kinect, un controlador por voz y movimiento que elevaba el precio de la consola hasta los 499 euros, frente a los 399 de la PlayStation 4. Pero Kinect no fue bien recibido por los jugones, ya que no aportaba mucho ni para controlar la interfaz de la consola ni en los juegos, así que se eliminó y se bajó 100 euros el precio de la máquina. Por último, Xbox One resulta poco potente, menos incluso que PlayStation 4. No suele poder con los juegos a resolución 1080p y 30 frames por segundo, lo que es bastante preocupante. Este último problema, por desgracia, Microsoft no lo podrá solucionar, la potencia de la consola es la que es.
El reparto del mercado a día de hoy
Sony no ha hecho las cosas excesivamente bien con PlayStation 4, pero ha evitado los errores graves de Microsoft, así que pronto tomó la delantera. Las ventas de PlayStation 4 empezaron a despuntar desde el primer día, y Xbox One pronto recibió rebajas de precio, mientras Microsoft cambiaba su estrategia. Pero buena parte del daño ya estaba hecho, y las cifras de ventas así lo demuestran. A día de hoy Sony controla más del 50% del mercado de consolas domésticas, mientras Xbox One sólo ha conseguido un 28%. Y las cosas podrían resultar muy distintas si la Nintendo Wii U no fuera un rival tan débil, que ha decepcionado a casi todos los consumidores.
Entre un 28% del mercado y un 50% la diferencia no resultan tan abismal, pero lo cierto es que ambas plataformas deberían encontrarse mucho más igualadas. Por ahora ninguna ha destacado demasiado en exclusivas, y Xbox One tampoco me parece tan floja gráficamente. Además, se suele vender algo más barata que PlayStation 4. Podría parecer que el futuro de Microsoft en el sector estaba amenazado, pero la multinacional del software ha reaccionado de forma muy agresiva, y puede tener una oportunidad de acercarse a PlayStation 4.
Un futuro prometedor
Hace un mes se celebró la feria de videojuegos E3 2015, con presentaciones de las grandes empresas del sector, y la verdad es que Xbox One ha destacado sobremanera en su conferencia durante la E3 2015. Sony anunció juegos que despertaron las nostalgia, pero tardarán muchos meses en llegar, y no quedó claro que vayan a ser exclusivos. Sin embargo, Xbox One se transformará en la estrella de estas Navidades gracias a Forza Motorsport 6, Rise of the Tomb Raider y Halo 5: Guardians. Por su parte, PlayStation 4 va a tener poco que ofrecer a finales del 2015.
También hay que considerar que Microsoft se marcó un tanto inesperado ofreciendo compatibilidad con juegos de Xbox 360, y su nuevo controlador Elite también representa un detalle a agradecer. Además, mientras las exclusivas de PlayStation 4 no son tan fuertes (Uncharted: 4 A Thief’s End, Shenmue 3, The Last Guardian, No Man’s Sky, Street Fighter V, Horizon Zero Dawn…), las de Xbox One apuntan maneras (Gears of War 4, Scalebound, Crackdown, Fable Legends, Quantum Break). Al final, los juegos son lo que importan, y los de Xbox One me parece mejores, y brutalmente superiores para finales del 2015.
Así que parece que Microsoft ha reaccionado. No sólo ha escuchado lo que piden los aficionados y corregido sus propios fallos, sino que está claro que en la empresa hay interés por mantener la división Xbox a flote. Hace un par de años se rumoreaban presiones de los inversores para abandonar el sector de los juegos, pero ahora mismo da la impresión de que la multinacional tiene planes a largo plazo.
Desde luego, está claro que Microsoft pretende recuperar el terreno perdido con Xbox One, y ahora mismo su único problema es que ofrece menos potencia que PlayStation 4. De todas formas, la marca está realizando ofertas, y se puede encontrar bastante más barata que su rival de Sony. Me parece que la oportunidad de la Xbox One es muy grande, y creo que en cuestión de meses debería ganar bastante cuota de mercado.
¿Qué opinas de este tema? ¿Piensas que los números de Xbox One van a ir para arriba muy pronto, o consideras que Sony se mantendrá como líder en los próximos meses?