Las aceleradoras de startups son una manera excelente que tienen las startups early stage –aquellas con menos de un año de vida– para poder crecer de manera rápida al mismo tiempo que identifican la mejor estrategia de crecimiento y un plan para conseguirlo. El número de aceleradoras ha ido en aumento durante los últimos años, y en las grandes ciudades de todo el mundo se pueden encontrar diferentes programas que lo fomentan.
Debido a este crecimiento de aceleradoras, también han aumentado el número de empresas que se presentan a ellas, y en algunos casos hasta se puede hablar de una burbuja de startups cuya finalidad es la de entrar en estos programas para que todo sea más fácil.
El modelo más utilizado para acelerar una startup se basa en un programa del que entre una gran multitud de empresas participantes, se seleccionan a 10 para que sean aceleradas. La empresa aceleradora da una financiación inicial a la startup para que el equipo de dirección tome las decisiones adecuadas con el dinero que tiene y siguiendo las pautas marcadas por un tutor asignado. La finalización del programa tiene lugar cuando todas las empresas participantes hacen un pitch con los objetivos a largo plazo para conseguir más financiación.
¿Se debe acelerar una startup?
La aceleración no es necesaria para todas las empresas, ya que se tienen que evaluar las ventajas y las desventajas que ello conlleva. Entre los costes debemos distinguir entre el coste de oportunidad y la participación en la propiedad de la empresa. Para ese último, debemos tener en cuenta que cualquier aceleradora normal se quedará entre el 5 y el 10% de las acciones de la empresa. Si la ayuda es positiva, no tendremos que preocuparnos de ello, pero si tiene un impacto negativo, deberemos tenerlo en cuenta.
Los costes de oportunidad también deben tenerse en cuenta. Son los costes que se dan por culpa de no haber hecho otra opción en caso de escoger participar en la aceleradora. Los programas aceleradores duran entre 3 y 6 meses, por lo que se debe considerar todo aquello que no se podrá hacer en este espacio de tiempo. Aunque parezca algo minoritario, los costes de oportunidad son muy importantes en las primeras etapas de vida de una startup, ya que es cuando se definen los objetivos principales.
Los costes son muy importantes, pero las aceleradoras aportan muchos beneficios en ámbitos muy diversos: consejo de expertos, acceso a inversores y validación externa. Quizá el más importante es el primero, ya que se reciben consejos de una serie de emprendedores de éxito, consultores y expertos en negocios que se convierten en nuestros tutores que nos van a ayudar a diferenciarnos de la competencia. Algunos de ellos pueden ser personas que han fundado a empresas unicornio y otras _startups muy conocidas, por lo que su nivel de experiencia es elevado.
El segundo beneficio es el de acceder a más inversores. Esto nos permitirá afrontar todos los gastos necesarios para el correcto funcionamiento de la empresa y su desarrollo sin tener que preocuparnos por el dinero que nos falta. Si se trata de una opción viable y con un valor actual neto positivo, lo más probable es que los inversores inviertan dinero en la startup para poder conseguir estos objetivos. Y finalmente, conseguiremos aceptación externa, que significa entrar a formar parte de una red de empresas exitosa y en la que nuestra reputación como emprendedores se verá afectada positivamente.
Los tipos de aceleradoras que existen
Existen dos tipos de aceleradoras que debemos tener en cuenta: las horizontales y las verticales, centradas o en los mercados verticales o las tecnologías horizontales. Es importante que los fundadores miren detalladamente lo que ofrecen cada una de ellas para así tener la mejor experiencia y beneficios posibles para una startup.
Las aceleradoras verticales son aquellas destinadas a las startups que tienen como objetivo una industria específica. En este segmento, una gran variedad de compañías ofertan productos y servicios al mismo grupo de personas o empresas. Este tipo se utiliza para aumentar las fuerzas de una comunidad a un mercado específico. Ejemplos de ello son startups dedicadas a fintech, edtech, energía, moda, hospitales, etc.
Por otro lado, existen las aceleradoras horizontales, que se centran en un producto o tecnología específicos que los consumidores pueden encontrar en más de un sector. Este nicho se refiere a startups que desarrollan un producto o servicio que cumple con las necesidades de un cliente en diferentes mercados como IoT, SaaS, la nube, etc.
Así pues, se trata de algo que toda startup debería decidir en un momento u otro de su vida. Lo cierto es que las ventajas son muy elevadas, pero como todo, debemos estudiar qué es lo que más encaja con nuestros estándares.