Creo que cada vez que hablamos de drones la sensación es la misma, es como hablar de algo que para los que nos interesamos más en el tema empieza a ser algo que de verdad se está convirtiendo en un estándar. Algo de lo que ya no hace falta dar explicaciones. Primero porque ya todo el mundo sabe lo que es, y segundo porque las utilidades ya no son potenciales, son reales y las hemos visto en ámbitos como el entretenimiento, en la salud, e incluso vemos a grandes como Google y Facebook queriendo un trozo de pastel.
Por lo tanto, los drones sirven para muchísimas cosas, eso está claro. Y una de las cosas que saben hacer estos cacharros es ir rápido, y cuando dos cosas van rápidas, al ser humano le gusta enfrentarlas a ver cuál de las dos va más rápido. Pues con esto pasa lo mismo, es el concepto de carreras aplicado a los drones y el resultado es… pues ese, carreras de drones.
Es en Dubai donde lo hemos podido ver, y es que allí se ha celebrado hace unos días, si bien no el primero, el mayor de los campeonatos de carreras de drones celebrados hasta la fecha, llamado World Drone Prix, que vendría a ser el equivalente a la Fórmula 1 de los drones. Este tema de las carreras está empezando a ponerse serio, y ahora os explico por qué.
Ya no es un juego de niños
Se está empezando a reglamentar. ¿Qué quiere decir esto? Pues que ya no es un pique entre amigos, si no que se están empezando a crear competiciones como esta en la que los pilotos deben atenerse a unas reglas y unas limitaciones. Una de ellas es la obligación de hacer, al menos, una parada en pit stop, que además debe hacerse obligatoriamente con un descenso vertical. Es decir, que el aparto tiene que llegar a la parada y descender hacia abajo, no es válido lanzarlo en picado hacia la zona en cuestión.
Esto lo convierte en parte en un deporte de estrategia, ya que puedes apurar pero te la juegas a quedarte sin batería. Seguro que a los aficionados a la Fórmula 1 les resulta familiar este desarrollo del juego. Por lo general, las paradas de recambio de batería duran unos 20 segundos. En este campeonato en cuestión nos encontramos carreras de 7 kilómetros y 12 vueltas, y una velocidad media de los participantes de 50 km/h.
Claramente aquí el trabajo en equipo es importantísimo, ya que el éxito depende tanto de la habilidad del piloto, que atraviesa la pista a toda velocidad superando obstáculos y haciendo acrobacias, como de la parte técnica del equipo, que se encarga de que el dron esté listo y preparado para darlo todo en la pista a la hora de la verdad. ¿Hay alguien a quien aún no le recuerde a la Fórmula 1? Mirad el vídeo a continuación para que veáis en vivo a qué me estoy refiriendo con todo esto:
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Como podéis observar es puro espectáculo y frenetismo lo que nos ofrece este nuevo tipo de competiciones, que seguramente se instauren como un estándar dentro de no demasiado tiempo. Hay que tener en cuenta que diversas empresas ya se han interesado en el patrocinio de esta modalidad, lo que nos lleva a pensar que si hay alguien poniendo dinero en esto será por algo.
En cuanto al World Drone Prix, el campeón ha resultado un chaval de solo 15 años, y los premios repartidos son de 250.000 dólares para el ganador, siendo 125.000 y 50.000 para el segundo y el tercero, respectivamente. Los premios de dron mejor construido y vuelta más rápida son de 100.000 dólares. Una competición que le puede dar casi medio millón de dólares a una sola persona –o equipo, más bien– y que seguro es una de las muchas que vamos a poder observar en el futuro.
¿Qué piensas de los drones en general? ¿Y de usarlos para correr en competiciones?