Fuera agujas para los diabéticos, llegan las microondas

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Universidad Cardiff diabetes microondas

Todos sabemos que la diabetes es una enfermedad que conlleva que el paciente se deba extraer sangre de forma periódica para así, mediante el uso de un glucómetro, poder medir el nivel de glucosa que hay en su sangre y poder decidir así cómo, cuánto y qué debe comer; cosa que es una preocupación constante y de por vida. En ocasiones hemos hablado en Xombit del tema, por ejemplo de cómo trasplantar las células pancreáticas podría mejorar considerablemente el tratamiento de la enfermedad.

Esto es debido a que la investigación en estos ámbitos no está muy a la vanguardia, y no se trata de ninguna prioridad por parte de los gobiernos en el caso de muchos países, provocando que, en el caso del diabético, tenga que estar atravesando la yema de su dedo con cierta frecuencia. Si bien no es una penuria insufrible, tampoco es agradable por pequeña que sea la aguja.

Las microondas apuntan a ser la solución

Es en la Universidad de Cardiff y mediante la BBC por lo que nos hemos hecho eco de esta noticia, y es que sabemos que un grupo de investigadores han empezado a trabajar en un proyecto que consiste precisamente en encontrar un método alternativo a lo que comentábamos antes de los pinchazos, y concretamente se trata de hacer uso de las microondas.

¿Es esto seguro para nuestro organismo? Es lógico que surja esa pregunta, ya que no es muy convencional lanzar ondas microondas contra nuestro cuerpo. No hay por qué preocuparse, según dicen la cantidad de ondas que se emiten es cercana a 1000 veces inferior a la que emite un teléfono móvil, aunque esto ya se encargarán de certificarlo los organismo correspondientes algún día.

Funcionamiento Swansea diabetes microondas

El funcionamiento del aparato es muy sencillo, además de que amplía las posibilidades conocidas hasta ahora. La idea es que vaya puesto, igual que el smartwatch que Google patentó, y consiste en un dispositivo como el que veis sobre estas líneas que se adhiere a nuestro brazo por medio de un adhesivo –si me permitís la redundancia– y estiman una duración de treinta años para él. Además, incluye la posibilidad de realizar un envío mediante Bluetooth de los datos que recoge a, por ejemplo, una aplicación móvil que lo acompañe.

Con esto podríamos conseguir tener un control total de nuestro estado desde nuestro teléfono, incluso se le podrían programar revisiones periódicas y que nos envíe una alerta cuando bajemos de un nivel en concreto. El medidor en cuestión no utiliza ningún tipo de componente químico, de ahí su durabilidad, y solo necesitará una extracción de sangre inicial para hacer las calibraciones oportunas.

Es en la Universidad de Swansea, en la Facultad de Medicina, donde están haciendo pruebas con unos 50 pacientes que en general se muestran contentos con los resultados y la experiencia. No obstante, desde allí afirman que no es lógico pensar en comercialización hasta dentro de unos 5 años, por lo que habrá que esperar un poco aún. En ese tiempo, se emplearán en estudiar aún más los resultados y optimizar el diseño lo máximo posible

Archivado en Azúcar, Diabetes, Enfermedades, Investigación, Reino Unido
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