Todos conocemos a alguien que es prácticamente adicto al café. De hecho, si ese alguien no somos nosotros mismos, nos daremos cuenta de que vivimos en una sociedad que depende bastante de este producto alimenticio.
El café lleva bastantes años siendo uno de los productos más comercializados y consumidos del mundo. Esto no es ninguna coincidencia. La cafeína es adictiva y en grandes cantidades, como sabemos, puede resultar perjudicial. A pesar de esto, el café también posee numerosas propiedades beneficiosas.
Un gen parece ser el responsable
Según un estudio presentado este mismo jueves en la revista “Scientific Reports”, un gen es el responsable de que unas personas consuman más café que otras. Como podemos leer en el diario ABC, su nombre concreto es PDSS2 y está relacionado con el metabolismo de la cafeína, más específicamente con su degradación.
Por lo tanto y según uno de los principales responsables, el impulso que nos lleva a tomar café y que luego se verá aumentado por la cafeína, comienza en nuestro ADN, debido al citado gen PDSS2.
Entonces, ¿si tenemos este gen beberemos más café? No, la cosa no va por ahí. Los investigadores, pertenecientes a la Universidad de Edimburgo y Trieste, han llegado a la conclusión de que todo depende de lo activado que se encuentre el gen.
Cada uno de nosotros posee miles de genes que no están activos, por lo que no influyen en nuestro organismo. Si un sujeto tiene este gen muy activo, beberá menos café. ¿Por qué menos?
Es muy probable que este gen reduzca las funciones que poseen nuestras células para degradar la cafeína. Debido a esto, la cafeína permanecerá más tiempo en nuestro cuerpo, manteniéndonos activos y bajo su efecto. Como resultado, el sujeto beberá menos café, ya que sus efectos serán mucho mayores y más prolongados.
Por si fuera poco, también se ha descubierto que este gen actúa inhibiendo otros genes que también participan en la degradación de la cafeína, aumentando así su efecto.
Para llegar a estos resultados, los investigadores realizaron varios experimentos y estudiaron la información genética de un total de 1213 sujetos, habitantes de pueblos italianos. Tras esto, y para dar más veracidad al estudio, los investigadores replicaron estos estudios en un grupo de 1.731 sujetos holandeses.
Sin embargo, al ser un estudio bastante reciente, todavía se necesitará mucha investigación y trabajo para poder confirmar totalmente este hallazgo y quien sabe si se seguirá descubriendo más sobre el genoma humano y su influencia en nuestras vidas.