Hoy, tras un tiempo récord, entra en vigor el Acuerdo de París. Este acuerdo, firmado por los principales gobiernos del planeta para frenar el calentamiento global, se ha podido llevar a cabo relativamente rápido gracias al impulso de los Gobiernos de Estados Unidos y China, precisamente dos de los países más contaminantes del mundo. Pero, ¿en qué consiste este famoso acuerdo mundial?
Básicamente, este acuerdo mundial por el clima pretende controlar el aumento de la temperatura global y dejarlo entre 2º y 1,5º centígrados para evitar efectos globales terribles.
Para controlar este ascenso de las temperaturas, se debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el CO2 principalmente aunque no el único. Este tipo de gases permite, como podemos leer en El País, que las radiaciones infrarrojas entren en nuestra atmósfera pero les sea más difícil salirse de ella. Cuanta más radiación, más temperatura. En una única generación, los porcentajes de este tipo de gases se han disparado hasta niveles insostenibles.
Este aumento de las temperaturas conlleva grandes repercusiones. Entre ellas:
- Aumento del nivel de los océanos y mares.
- Fenómenos climáticos más recurrentes y catastróficos: inundaciones, tornados, sequías…
El grupo IPCC, que asesora a la ONU, anuncia que si los seres humanos continuamos así el aumento de las temperaturas puede llegar hasta los 3,7 y 4,8 grados con respecto a los niveles preindustriales en el próximo siglo. Un aumento de las temperaturas completamente insostenible.
Ante este panorama, surgió el Pacto de París en diciembre del año pasado para controlar el ritmo humano de emisiones. Lo han acordado prácticamente la totalidad de los gobiernos de todo el mundo, 195 en total, para evitar el aumento excesivo de las temperaturas. Con la firma de 55 países que almacenaran el 55% de las emisiones, el Acuerdo entraba en vigor (cosa que ocurrió el 4 del pasado mes de octubre).
¿Un acuerdo ineficaz?
Sin embargo, y lamentablemente, aunque los países se vean obligados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (son ellos mismos los que se ponen los objetivos), no hay sanciones en caso de que no se cumplan. Además, según el consejo de investigadores de la ONU, los planes de reducción de emisiones presentados por la totalidad de los países se queda aún muy lejos de los límites de gases contaminantes para evitar temperaturas catastróficas.
¿Es necesario un mayor compromiso por parte de los países para reducir aún más las emisiones de gases de efecto invernadero? ¿Se debe sancionar a los países que incumplan los límites? ¿Es la naturaleza y el futuro de la humanidad un negocio más de los gobiernos mundiales?
No seamos escépticos, y convirtámonos en ciudadanos críticos y comprometidos, también está en nuestra mano ayudar en en la reducción de los gases de efecto invernadero.
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