No son pocos los proyectos de desarrollo que existen en todo el mundo y que ya toman en cuenta la energía solar para realizarse; incluso muchos predicen que la revolución de la energía solar es un hecho, en vías de superar los obstáculos económicos que la hacen una alternativa costosa.
Tomando en cuenta el futuro prometedor de la energía solar como fuente alternativa muchos países la han hecho una parte clave de sus inversiones, tal es el caso de China. Dado sus frecuentes problemas con el smog y la dependencia continua de la energía de carbón es difícil pensar que China trabaje por la generación de energía limpia. Según, los datos dados a conocer por la Administración Nacional de Energía de ese país, no solo trabaja, también es el país que más lo hace.
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China: el país número uno en energía solar
La Administración Nacional de Energía china ha revelado que su producción de energía solar se duplicó en 2016, alcanzando los 77,42 gigavatios a finales de año. El país es ahora el mayor productor mundial de energía solar en términos de capacidad, una proeza para cualquier nación.
En este momento, la energía solar es mínima en la industria de China. Representa sólo el 1% de la producción total de energía del país. Sin embargo, la NEA planea agregar más de 110 gigavatios en 2020, dando a la tecnología un papel mucho mayor dentro de unos años. Ayudará a China a aumentar su uso de energía de combustibles no fósiles de 11 por ciento ahora a 20 por ciento para 2030.
Shandong, Xinjiang y Henan se encuentran entre las provincias con mayor aumento de capacidad, mientras que Xinjiang, Gansu, Qinghai e Inner Mongolia tuvieron la mayor capacidad total a finales del año pasado, según los datos.
No todos los países pueden competir con estos aumentos, por supuesto. Incluso si se descuenta la ventaja de la población,China tiene grandes regiones que son relativamente amigables con las granjas de energía solar. Sin embargo, esto pone presión sobre el resto del mundo para subir su contribución.
Según estas nuevas cifras, países como los Estados Unidos pueden verse en desventaja con respecto a un cambio en la generación de energías limpias, especialmente con las políticas que están empeñadas en proteger la industria de los combustibles fósiles en lugar de su eliminación.
