Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte ha dado como resultado el prototipo de lo que sería un pequeño sensor Bluetooth que rastrea la hidratación de la piel. El mismo contribuiría al seguimiento de ciertas necesidades físicas de personas vulnerables que trabajan en condiciones estresantes y calientes y a los asiduos a la práctica de actividades deportivas.
Los investigadores también creen que los sensores pueden aplicarse en medicina como un método discreto para rastrear los datos de hidratación e incluso en los cosméticos como un medio para determinar la efectividad de los humectantes.
Sensores para detectar hidratación
Los sensores flexibles consisten en dos electrodos que monitorean las ”propiedades eléctricas de la piel”, que están hechas de un compuesto polímero elástico que contiene nanocables conductores de plata. Se pueden usar en un parche adhesivo del pecho o en una pulsera.
La pulsera y el parche en el pecho incluyen un conjunto completo de tecnología de monitoreo y capacidades Bluetooth. De esta manera, los datos que recopila pueden transmitirse de forma inalámbrica a otros dispositivos para su monitorización.
La tecnología existente para monitorear la hidratación del cuerpo es típicamente costosa e implica dispositivos rígidos parecidos a sondas, mientras que estos sensores pueden costar tan poco como un dólar para producir, con costos totales de fabricación del parche y de los artículos de muñeca alineados con otros de dispositivos de rastreo.
Con otros dispositivos de monitoreo de la hidratación preparados para llegar al mercado a finales de este año, este tipo de tecnología pronto podría convertirse en otra medida estándar en nuestras vidas cada vez más “rastreables” en lo que se refiere a necesidades de nuestra salud, tan básicas pero tan importantes como una hidratación adecuada.
También, este tipo de productos nos deja claro a la velocidad a la que se mueven los avances en el mundo de los wearables.
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