Henderson es una pequeña isla situada en medio del Océano Pacífico, a más de 5000 kilómetros de cualquier masa continental. Pasaría totalmente inadvertida como muchos de los diminutos y recónditos lugares que existen en este gran océano, si no fuese por la característica de la que hablaremos hoy.
Un estudio publicado recientemente por la revista americana PNAS, ha puesto en primera plana de actualidad a la deshabitada Henderson. Según los investigadores que han llegado a cabo el trabajo, esta perdida zona de tierra es el lugar con más basura del mundo.
Un paraíso contaminado
Esta pequeña isla se encuentra concretamente en el Pacífico Sur, a medio camino entre Nueva Zelanda y Sudamérica. ¿Su extensión? Apenas unos 37 kilómetros cuadrados, un poco más pequeña que la ciudad de Bilbao, por ejemplo. Sabiendo esto, surge una pregunta bastante clara, ¿cómo puede ser una isla tan pequeña el lugar más contaminado de todo el planeta?
La clave está en la concentración, en la densidad, que es lo realmente importante. Henderson acumula un total de 18 toneladas de residuos en su reducido territorio, dando lugar a una densidad de 671 restos contaminantes por cada metro cuadrado. Es precisamente aquí donde radica el verdadero problema.
Como podemos leer en El País, todo tipo de materiales plásticos, desde botellas hasta cepillos de dientes, cubren la superficie de la isla. La mayoría de estos provienen de zonas de América del Sur, y han llegado movidos por las corrientes marinas. Ninguna zona de nuestro planeta, por recóndita que sea, se libra de la huella humana.
Hace apenas un mes hablábamos de cómo el Ártico estaba sufriendo las consecuencias de los residuos plásticos, y hoy volvemos con la pequeña isla de Henderson. Nos encontramos ante un tema muy serio, que debe ser solucionado más pronto que tarde.
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