La seguridad de los ciudadanos fue la principal excusa defendida por el gobierno de Estados Unidos cuando decidió, en marzo, prohibir los ordenadores portátiles y las tabletas en los vuelos procedentes de Oriente Medio. La idea fue apoyada en pocas horas por Reino Unido, que tomó la misma decisión. Parece que, desde Estados Unidos, se han replanteado la prohibición en cuanto a portátiles se refiere.
Como informa Hipertextual, John Kelly, secretario de Seguridad Nacional estadounidense, ha avanzado en rueda de prensa que el gobierno podría dar marcha atrás y no prohibir finalmente llevar ordenadores portátiles en las cabinas de los aviones. Sin embargo, parece que hay un requisito para que esto sea así. ¿Te imaginas qué pide el gobierno de Donald Trump?
Estados Unidos ha evitado prohibir dispositivos tan importantes para muchos como los portátiles, siempre a cambio de que 105 países refuercen sus controles de seguridad en los aeropuertos. El objetivo es que los trabajadores encargados de los controles en los 280 aeropuertos que cuentan con vuelos hacia Estados Unidos analicen con todo detalle los dispositivos electrónicos de los viajeros.
Este análisis más estricto de los dispositivos irá acompañado de un control más detenido también en los pasajeros, a los que deberá realizarse pruebas de detección de explosivos tanto en la piel como en la ropa, según informa el diario The Guardian. Como vemos, el nuevo plan de seguridad aéreo de Estados Unidos pretende ser más exhaustivo, siempre para reforzar la seguridad de todos.
Finalmente, como adelanta Reuters, las aerolíneas cuentan con tan solo 21 días para poner en marcha las pruebas de detección de explosivos, mientras que el plazo se extiende hasta los 120 días para integrar el resto de medidas de seguridad, como el análisis de los dispositivos electrónicos.
Este cambio en la seguridad aérea de Estados Unidos retrasará el tiempo que los pasajeros emplean en pasar los exhaustivos controles en los aeropuertos, pero al menos podrán subir con sus portátiles al avión, algo que parecía muy complicado el pasado marzo.
