Las enfermedades cardíacas representan la primera causa de muerte en todo el mundo — incluso por encima del cáncer — por tanto cualquier avance en torno a disminuir su ocurrencia es objeto de satisfacción para la comunidad científica. En este sentido, uno de los hallazgos más recientes en torno a este tema, apuntan a revertir la mortalidad de los ataques al corazón, como uno de los efectos más comunes de esta deficiencia en la salud.
De acuerdo con los resultados de un estudio reciente, científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford han encontrado una forma de inyectar oxigeno al corazón durante un ataque cardíaco, mediante el uso de bacterias que comen luz y que son capaces de producir el oxigeno que la sangre necesita durante estos eventos.
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Las bacterias protagonistas del hallazgo se denominan Synechococcus elongatus y son capaces de convertir el dióxido de carbono en oxigeno, como lo hacen las plantas a través de la fotosíntesis, ya que estas también se alimentan de luz. Para validar esta teoría, el equipo de científicos inyectó las células a un grupo de ratas con ataques al corazón; al iluminarlas comprobaron que las células liberaron oxigeno que funciono en la restitución de la actividad cardíaca.
Claramente, esta técnica es aún novedosa como para asegurar su efectividad, pero representa una alternativa de tratamiento efectivo a las conocidas hoy en día, como son drogas que disuelven los coágulos de sangre o en los casos más extremos, una cirugía de tórax abierto.
Para Joseph Woo, presidente del departamento de cirugía cardiotorácica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y coator del estudio:
Esa es una aplicación potencial realmente interesante, pero es demasiado pronto para decirlo. Como todos los estudios básicos de ciencias, podría ser algo realmente grande, o no.
Entre los cabos sueltos que ha dejado esta primera fase del estudio, Woo ha indicado:
Muchas de estas cosas no son sólo diferencias sutiles, son bastante diferentes. El sistema inmune de los animales no rechazó las bacterias. Pero las bacterias tampoco vivieron mucho tiempo, sino que se extinguieron en el corazón de las ratas.
De momento, el equipo está tratando de encontrar una manera de irradiar la luz que necesita la bacteria a través de la piel, para que la técnica funcione sin la necesidad de una cirugía de corazón abierto. Así mismo y entre otras de las ventajas que tendría el hallazgo funcionaría en la conservación de órganos antes de ser trasplantados en un nuevo paciente.
¿Crees que se trata de una técnica reproducible en poco tiempo?
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