Títulos de Crédito

¿Echas de menos a Futurama? No estás sólo. Muchos somos los que nos encantaría que Fry y Bender volvieren a asomar su flequillo pelirrojo y su brillante trasero metálico por televisión —la que sea—. Pero a la espera de que alguna cadena la vuelva a recuperar —no perdamos la esperanza, ya ha pasado dos veces—, el animador ruso Alex Zakharov ha decidido enseñarnos cómo sería ese futuro siglo XXXI que... Continuar leyendo...

La medición de audiencia minuto a minuto y el binge-watching --que es como ahora los modernos llaman a los maratones de toda la vida-- han acabado con el noble arte de los títulos de crédito en televisión. Cada vez menos series los utilizan, y si lo hacen, a menudo acaban siendo recortados o sustituídos por otros mucho más cortos y sobrios. Afortunadamente, Dexter no ha sucumbido y se ha mantenido fiel a los suyos hasta el final. Consiguieron que su "Morning Routine" se convirtiera en nuestra rutina, aunque la cosa pudo haber sido bastante diferente.

Google dedica su doodle de hoy a Saul Bass, el productor, director de cine y pionero diseñador gráfico norteamericano conocido por ser el responsable de los memorables títulos de crédito de films como Vértigo, Psicosis, West Side Story, El Hombre del Brazo de Oro o Anatomía de un Asesesinato cuando se cumplen noventa y tres años de su nacimiento.

En varias ocasiones hemos hablado de lo importante que es que los films y demás productos audiovisuales tengan unos buenos títulos de crédito y de cómo, poco a poco, se han convertido en un género en sí gracias a los avances tecnológicos y al buen hacer de unos diseñadores gráficos cada vez más creativos. El 2012 fue un gran año, y sólo hace falta echar un vistazo a los trabajos cantidatos en los SXSW Film Desing Awards 2013.

La relación entre el diseño gráfico y la imagen en movimiento se remonta a los inicios del cine cuando dibujantes y rotulistas se encargaban de diseñar los intertítulos que permitían seguir los films de la época silente. Pero con la llegada del cine sonoro, esos diseñadores no se retiraron sino que concentraron sus fuerzas en los llamados títulos de crédito hasta convertirlos en un elemento fundamental de todo film que se precie. Y es que Saul Bass, Pablo Ferrero o Kyle Cooper fueron pioneros de un arte que ha acabado de explotar en el siglo XXI.