El día 20 de Abril el servicio de PlayStation Network se vio interrumpido abruptamente por lo que inicialmente se calificó como un “mantenimiento”. Parecía extraño que un trabajo de este tipo se realizara sin el tradicional aviso previo, pero incluso los más desconfiados pensaron en un fallo técnico que en cuestión horas se solucionaría. Era difícil entonces prever lo que nos esperaba.
Cuando habían pasado tres días, Sony por fin dio una explicación plausible para un corte tan largo. El problema se había originado por un acceso no autorizado a sus servidores, y se desconectaron todos los sistemas para estudiar la situación y arreglar el agujero de seguridad.
En estos momentos se comentó que el grupo de ciberactivistas Anonymous podría ser el responsable, ya que en el pasado había atacado la infraestructura de la marca japonesa debido al caso GeoHotz. Sin embargo, esta organización pronto emitió un comunicado que negaba su implicación en los hechos.
También surgió la hipótesis de que un firmware no oficial llamado Rebug había forzado el cierre del servicio al permitir la descarga sin coste de los contenidos de la tienda. Según iban pasando los días, se hacía evidente que esto no podía justificar tanto tiempo sin PlayStation Network, sobre todo porque no se trataba de un hack especialmente extendido.
El 26 de Abril se confirman los peores temores: los accesos no autorizados a la red de Sony han implicado que la información personal de los clientes quedara expuesta. La multinacional nipona no quiere descartar que hubiera una filtración de los números de las tarjetas de crédito. No hay indicios de que esto último ocurriera, pero prefieren advertirnos de la posibilidad para que vigilemos nuestras cuentas bancarias.
Sony actualmente está trabajando en obtener todos los detalles sobre la intrusión y así tomar medidas contra los malhechores implicados. Por supuesto, también se llevan a cabo los trabajos necesarios para restaurar la PlayStation Network, una vez se corrijan las debilidades que causaron esta situación y se refuerze la seguridad. Además, se ha emitido un comunicado de interés para los afectados por el problema, y se han enviado correos electrónicos de aviso a todas las cuentas.
Sin duda, en Sony deben estar muy contrariados por todo este asunto, pero no por eso debemos dejar de llamar a las cosas por su nombre: bajo ningún concepto es aceptable o excusable que se permita que los datos de 77 millones de usuarios se vean comprometidos. Independientemente de la pésima publicidad que están recibiendo y de los clientes que puedan perder a causa de la desconfianza generada, también tendrá que caer sobre ellos todo el peso de la ley por su error. Aunque los culpables últimos de lo ocurrido serán con seguridad del todo ajenos a Sony, es obligación de la multinacional la custodia de los ficheros personales de forma confidencial, y han fracasado por completo en este sentido. En consecuencia, deben depurarse todas las responsabilidades existentes.
Por otro lado, tampoco podemos dejar de ver a la marca creadora del Walkman como una víctima, que además ha hecho todo lo posible para remediar la situación. A pesar de que la compañía no destaca por su transparencia, en esta ocasión las novedades han ido llegando de forma fluida, o al menos esa es la impresión que podemos sacar ahora. Además, en lugar de ocultar el problema, Sony ha tenido la valentía de apagar la PlayStation Network para proteger la información. Lo cierto es que no podemos valorar si esa resolución fue fruto de la buena fe o de que el incidente iba a ser imposible de disimular. Pero, a fecha de hoy, debemos considerarla como la decisión correcta, y además una muy difícil de tomar.
Faltan muchos datos para comprender bien lo que está sucediendo en estos momentos, pero es obvio que una interrupción de las opciones online de PlayStation durante diez días es un tema muy serio, independientemente de la filtración. A mediados de la próxima semana está previsto que se hayan recuperado algunas funcionalidades, pero el desastre ya se ha consumado, y ahora sólo pueden esforzarse en corregir lo que nunca debió fallar. Esperemos que Sony haya aprendido la lección, que le ha salido muy cara. Y que sea un ejemplo para el resto del sector tecnológico sobre lo importante que es la infraestructura de seguridad en cualquier servicio de Internet.
Sony todo lo hace con clase y a lo grande xDDD
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