Facebook, claroscuros de una idea brillante

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En los últimos días son muchas las noticias en torno a Facebook. ¿Qué conecta su salida a la bolsa, la caída de sus acciones, la exploración de nuevos mercados, las demandas millonarias en su contra y la reciente apertura de su tienda de aplicaciones? El constante flujo de información nos obliga a hacer un alto para reflexionar en torno a esta importante red social. ¿Nos acompañáis a pensar sobre su historia?

Es toda una marca con peso en el mercado

Las grandes ideas son aquellas que responden a una necesidad y la resuelven. La creatividad, evidentemente, juega un papel fundamental en la generación de estas respuestas ingeniosas ante una carencia. Ahora bien, si seguimos la teoría de Maslow, la capacidad creativa iniciaría por enfocarse en la resolución de las necesidades fisiológicas, después las de seguridad, de afiliación, de reconocimiento y, finalmente, las de autorrealización. Pero si nos situamos en el campo de las nuevas tecnologías, ¿a qué tipo de necesidades se responde?

Mark Zuckerberg tuvo una idea genial: poner en contacto permanente a los estudiantes de Harvard de manera que pudieran organizarse e intercambiar información relacionada con sus cursos y actividades. Se enfrentó, entonces, a una necesidad tan simple como la de comunicar y hacer más eficiente el trabajo dentro de la academia. En septiembre de 2006 era ya evidente el éxito de la herramienta y se abrió a usuarios más allá de la Universidad logrando contar en ese mismo año con 140 millones de usuarios. El neoyorkino parecía haber topado con una necesidad que demandaba ser solventada.

La idea de Mark dio frutos muy pronto

Herramienta útil pero, ¿necesaria?

Facebook permite mantenerse en contacto con amigos y familiares en un contexto en el que la movilidad es cada vez más frecuente y hasta indispensable. El valor añadido está en que esta forma de contacto implica la posibilidad de compartir imágenes, pensamientos, actividades, gustos. “Ponerse al día” con aquellos que son o fueron importantes para nosotros sin necesidad siquiera de preguntar parecía resultar atractivo. La idea nace, entonces, en una zona noble de las necesidades: la afiliación que busca amistad, afecto, contacto íntimo con los seres queridos. Además, bien podríamos pensar en que fortalece la seguridad al mantener viva –aunque sea de manera virtual– la comunicación con la familia y el grupo reducido de personas que nos dan soporte moral.

Pero Maslow no era ningún ingenuo al plantear su pirámide. Las necesidades, una vez cubiertas, siguen su asenso en una mutación y actualización constantes. De aquí que baste con dar un vistazo a los perfiles de Facebook para darse cuenta de que se trata ya de un espacio en el que el reconocimiento y la autorrealización también se están jugando. La confianza, el respeto y el éxito pueden “medirse” a través de lo que se muestra en las imágenes y datos de perfil, la cantidad de amigos y la procedencia de los mismos. Además, la creatividad y la espontaneidad son una constante ante una herramienta que nos hace estar siempre presentes ante los otros –con el irremediable desgaste que eso implica.

El famoso Me gusta de la red socialHoy en día la pregunta ¿tienes Facebook?, es el signo de interés por conocer a alguien, por establecer un contacto futuro para una salida o para determinar hasta dónde se puede pensar en llegar con la persona en cuestión. Se ha convertido, entonces, en un elemento fundamental en la socialización para las generaciones actuales. Quien no cuenta con un perfil en esta red social enfrenta un importante obstáculo en procesos tan pedestres como el de “ligue”, y no es ninguna clase de broma. Siempre será más sencillo lidiar con un acosador a quien puedes bloquear en una red social que con uno a quien le has dado tu número de móvil o, peor aún, tu dirección. Los modos de entablar relaciones amistosas o amorosas han sido tocados indudablemente por las nuevas tecnologías.

Por otro lado, valores como la confianza y el éxito vinculados a esta red social no han pasado desapercibidos para las grandes empresas. Los perfiles empresariales permiten mantener un contacto directo con los clientes –potenciales o efectivos– y realizar mediciones o sondeos. La utilidad dependerá siempre de la creatividad del empresario, pero el hecho de contar con un perfil en una red que pronto podría alcanzar los mil millones de usuarios es poner tu rostro al alcance de un igual número de personas. Nada despreciable. De aquí que Facebook pueda parecer más que atractivo para la colocación de anuncios publicitarios, aunque el mercado al cual se dirige no sea siempre fácil de determinar. Es precisamente el paso de herramienta y red social a empresa el que en las últimas semanas le ha mantenido como invitado frecuente en los tabloides del mundo.

Éxito de la red social, incertidumbre de la empresa

El 18 de mayo del año en curso la campana de Wall Street sonaba de la mano de Mark Zuckerberg anunciando jubiloso la entrada de su compañía a la bolsa. Pero más bien parecía presagiar una tormenta que iniciaría ese mismo día con una demanda millonaria de la que ya os hemos hablado en este espacio. Además de que en menos de un mes de cotizar en Nasdaq, el valor de las acciones ha caído hasta perder un 27,05% de su valor inicial. La fortuna del joven millonario se ha visto afectada y las dudas comienzan a surgir.

Este mismo año Facebook comenzó a cotizar

Quedan claras las razones para encontrar atractiva la faz empresarial de la red social –mención aparte merecería la peculiar legislación americana que obliga a las empresas de cierto tamaño a entrar en la bolsa. Todo parecían buenas noticias con su creciente número de usuarios y su papel en la vida cotidiana de los mismos. Pero la frialdad del mercado bursátil ha dejado ver las primeras nubes oscuras para la empresa. ¿Se trata de una nueva clase de burbuja? Eso el tiempo lo dirá, pero por lo pronto no resulta difícil comprender las necesidades monetarias de Facebook, basta con dar un vistazo a los sueldos de quienes ahí trabajan.

Esta misma semana el analista Eric Jackson ha dibujado un complicado horizonte para la empresa de Zuckerberg. Cuestionamientos sobre la efectividad de la publicidad dentro de esta red social y la necesidad de seguir innovando una vez que la idea inicial ha dado ya muestras de cansancio, hacen que el panorama no se vea como un mar calmo. Máxime cuando uno de sus principales anunciantes, General Motors, ya ha abandonado el barco. El mismo Jackson habla de la necesidad de ocupar un mercado en crecimiento: el del móvil. Y la respuesta no se ha hecho esperar, pues, además de explorar nuevos mercados, la compañía se ha hecho tanto de Instagram como del equipo de su competencia y ayer mismo ha puesto en marcha su anunciada tienda de aplicaciones.

La empresa enfrenta momentos complicados

Otro posible paso arriesgado de la empresa se daba a conocer hace unos días. Al parecer Facebook estaría pensando en permitir su uso a menores de 13 años bajo supervisión paterna –obviando las cifras de los menores que mienten en el proceso de registro. Lo cual ha reabierto el delicado tema de la privacidad de los datos. ¿Resulta realmente viable abrir un nuevo mercado en este segmento de la población? Quizá las condiciones actuales no brinden el terreno ideal para abrir fuego contra todos aquellos que seguramente criticarían ferozmente a la popular red por esta medida.

En resumen

El nacimiento de la red social respondía a una necesidad concreta y se topó con un hueco que no sólo cubrió, sino que desbordó rápidamente. La afiliación creció a reconocimiento y autorrealización trayendo como consecuencia la generación de una empresa importante. Pero el llegar a la cúspide de la pirámide no detiene al imperio de la innovación constante, ni ralentiza el apetito de novedad. Facebook creció aprovechando un territorio casi virgen, pero caprichoso e inestable. Hoy, obligado por las presiones del mercado, se ve forzada a tomar decisiones en las que el horizonte comercial puede terminar por opacar la creatividad que le llevó a la cumbre. Marck Zuckerberg y su equipo tienen la urgencia de generar grandes ideas para resolver sus propias necesidades. Y el mundo está pendiente de ellos, pues la historia de Facebook es también la del nacimiento, desarrollo y quizá muerte de la primera gran red social. ¿Cuál creéis que es el futuro de las redes sociales? ¿Veis a Facebook en él?

Archivado en Empresa, Facebook, Instagram, Internet y redes sociales, Mark Zuckerberg, Mercado, Móvil, Nasdaq, Privacidad, Publicidad, Salida a Bolsa
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