Muchos han sido los que han visto con alegría como las compañías que compiten contra el iPad anunciaban, con pocos días de diferencia, que iban a sacar sus propias propuestas de hardware, controlando de esta forma tanto el sistema operativo como los componentes y diseño del aparato. Google Nexus 7 es un tablet de bajo coste enfocado a competir con el Kindle Fire mientras que el Microsoft Surface de Microsoft aspira a ser un sustituto del ordenador tradicional (con versiones Intel y ARM) enfocado a la movilidad. Ambos dispositivos tienen diferencias y parecidos, pero su nexo común es que sus creadores han perdido la fe en sus socios, y no dudan en enfrentarse a ellos para mejorar la posición de su plataforma en el mercado.
La situación no es cómoda para nadie: aunque Google ya lleva tiempo lanzando smartphones de la gama Nexus con la colaboración de distintos fabricantes, en el caso de esta nueva tablet el precio es tan ajustado que puede desanimar a otras empresas a competir con un gigante que renuncia a obtener beneficios en sus ventas por una estrategia a largo plazo. El resultado tal vez sea que el segmento de siete pulgadas acabe prácticamente vacío. En el caso de Microsoft, la multinacional siempre ha confiado en otros para lanzar el hardware con Windows, y esta competencia sobrevenida no ha sentado nada bien. Que se lo digan a HP, que al parecer ha cancelado sus proyectos con procesadores ARM. Es difícil predecir lo que va a ocurrir, pero para los chicos de Redmond resulta arriesgado hacer enfadar a las empresas con las que llevan años colaborando.
Si se ha llegado a esta encrucijada es por un motivo muy claro, el iPad de Apple no sólo es un súperventas entre los tablets sino que está canibalizando también al PC. Google lleva más de un año intentando plantar cara a la manzana mordida, pero no está logrando demasiado éxito. Microsoft se encuentra en una posición aún peor, pues hasta la llegada de Windows 8 no dispondrá de un producto competitivo. Es normal que tenga prisa por establecerse en el mercado, y ha debido decidir que las propuestas de otros fabricantes no estaban a la altura. No se puede reprochar a ninguna de las dos empresas que hayan tomado medidas extremas para no quedarse fuera de un segmento muy atractivo y con enorme potencial de crecimiento.
Considero complicado aventurar qué puede pasar de ahora en adelante. Quizá Nexus 7 y Surface sirvan de inspiración para otras marcas, y distintos modelos luchen en el mercado por el favor de los consumidores. En el peor de los casos, las demás compañías podrían perder el interés por un sector en el que no son capaces de competir, y el número de dispositivos disponibles se reduzca, lo sería tremendamente negativo para el usuario final. Deberemos permanecer atentos para descubrirlo, pero no cabe duda de que la situación actual es de lo más delicada.
¿Qué opinas tú de los dispositivos de Google y Microsoft? ¿Piensas que son una apuesta demasiada arriesgada, o crees que son la única opción de sus creadores para enfrentarse con éxito al iPad?
Siento no estar de acuerdo contigo, al menos en lo que se refiere a la nexus 7. Si preguntas por ahí a cualquier amante de los gadgets quien fabrica la nexus 7 todo el mundo te dirá ASUS. No creo que eso sea no confiar en tus socios. Otro asunto es Surface, y ahí si que estoy contigo