Muchos usuarios encontraron en Windows XP el software adecuado a sus necesidades, y no actualizaron ni al fallido Windows Vista ni al más popular Windows 7. Y, considerando la ruptura con el pasado que supone, tampoco lo harán a Windows 8. Pero su alternativa se está quedando anticuada, y tras numerosas prórrogas, Microsoft dejará de dar soporte al producto en abril del próximo año. Eso supone que no se lanzarán más actualizaciones de ningún tipo, ni aunque se descubran fallos de gran importancia. Ese día, habrá muchos los usuarios que quedarán desprotegidos si las cosas se desarrollan como está previsto.
Sin embargo, para ciertas grandes empresas existe la opción de contratar un Custom Support, que ofrece los parches que Microsoft considere críticos, y por un pago adicional los que tengan la calificación de importantes. Los fallos moderados o de baja importancia no serán corregidos. Eso sí, el coste asciende a 200 dólares por equipo el primer año, los siguientes aún resultaría mayor, y se espera que este servicio se extienda durante tres años. Sin duda, en estas condiciones sólo las empresas para las que un cambio de plataforma resulte muy difícil podrán estar interesadas en este soporte personalizado, ya que el coste se vuelve prohibitivo.
De todas maneras, considerando que los parches se van a seguir realizando, no podemos descartar que alguno de ellos acabe llegando al gran público, si se llega a descubrir una vulnerabilidad verdaderamente grave que ponga en peligro a los usuarios o el funcionamiento de Internet. Lo que veo claro es que Microsoft no puede seguir dando soporte a un producto tan antiguo, que ya no se vende y que se ha visto ampliamente superado. Me temo que los más tradicionales van a tener que pasar por caja y actualizarse si quieren contar con un mínimo de seguridad en su sistema operativo.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que Microsoft pone en peligro a millones de usuarios con su decisión de terminar el soporte general de Windows XP?
