Llegamos al siglo pasado, un siglo pleno de guerras, destrucción y muertes. Te recuerdo que, si aún no la has hecho, puedes leer la primera entrega, así como la segunda de esta serie.
Siglo XX
Tras un siglo pleno de revoluciones ocurrió lo que tenía que pasar: los rencores enconados por las diferencias territoriales (además de las inevitables rivalidades económicas) explotaron en la Primera Guerra Mundial. Como veremos más adelante, la inmensa mayoría de los, llamémosles cómics bélicos contemporáneos son claramente antibelicistas. Un buen ejemplo es ¡Puta guerra! de J. Tardi y J.P. Verney (Norma Editorial), que relata los horrores de la absurda y terrible guerra. Incluye un documentado dossier, realizado por el experto en el conflicto Jean Pierre Verney , donde tendremos todos los hechos, fechas y cifras relevantes de esta terrible guerra.
Tras la Guerra, vino un período de desconfianza entre los principales países implicados. Comenzó lo que conocemos como espionaje moderno y se pudo asistir al nacimiento del nazismo y el fascismo en varios países. En la trilogía Investigaciones de Jan Karta, de R. Torti y R. Dal Pra, se narran las aventuras de Jan Karta, un detective alemán que, en sus viajes por Francia, Italia y Alemania, nos hará ser testigos de los cambios que están sucediendo en Europa.
Mientras, en los Estados Unidos llegó la gran depresión, donde muchas vidas fueron truncadas. En Contrato con Dios Will Eisner nos nos cuenta la vida de un inmigrante judío. Son cuatro historias que nos ayudan a entender la vida en la Gran Manzana en los duros años 30: pobreza, hambre, injusticias…
En este período de entreguerras destaca, sin duda, Adolf, de Osamu Tezuka, un manga que abarca desde los años 30 en Alemania y en Japón, hasta principios de los años 80, en que la acción se traslada al conflicto entre Israel y Palestina, pero centrándose en la Segunda Guerra Mundial. El título se refiere a los 3 personajes principales: Adolf Kamil, un niño judío que habita en Japón y que padece el racismo de la sociedad japonesa; Adolf Kauffman, el hijo de un jerarca nazi y una mujer japonesa y amigo de Adolf Kamil; y, por supuesto, Adolf Hitler. Es una curiosa visión de la guerra en Oriente, no sólo en Europa, sobretodo de la ocupación japonesa de China.
Llega la Guerra. Hay varios ejemplos de cómics que nos relatan, más o menos fielmente cómo eran estos enfrentamientos. Desde la idealizada guerra de Terry y Los Piratas, la visión puramente propagandística y bastante fantasiosa de El sargento Furia y sus comandos aulladores o las Hazañas Bélicas de Boixcar, hasta algo más realista como el Diario de guerra de Hugo Pratt o curiosidades como WW2. La otra Guerra Mundial, donde partimos de la premisa de que Hitler muere en 1939.
Tras la guerra vino más dolor aún. Ya hemos hablado de Maus donde se nos refleja crudamente la realidad de los campos de concentración. Sobre este mismo tema, pero con una clara intención de sensibilizar al lector, tenemos Auschwitz, de P.Croci.
En España, en aquellos años, teníamos nuestra propia penitencia, magistralmente expresada por Carlos Giménez. En Paracuellos nos cuenta sus propias vivencias, y las de sus compañeros, en uno de los muchos Hogares de Auxilio Social que tuvo que crear el gobierno franquista para acoger a los niños sin hogar o cuyas familias no podían mantenerles. En estas historias, llenas de las ternura y crudeza propias de la postguerra, vemos cómo eran los falangistas, las monjas que dirigían estos centros o los duros y breves encuentros con los familiares, dando lugar a un magnífico retrato de la España de los años 50. Su siguiente colección, titulada Barrio nos contará la vida de algunos de estos niños, con algunos años más, al salir de estos Hogares y la dura vida en nuestro país. Trataremos estas obras más detalladamente en un artículo posterior, porque la obra de Giménez se lo merece.
Pero, como pasó con la Primera, tras el horror de la Segunda Guerra Mundial el ser humano no aprendió y seguimos haciendo la guerra. Persépolis, es la autobiografía de Marjane Satrapi, una mujer iraní nacida en Teherán en 1969, que retrata la revolución iraní de 1979 que dio lugar a un gobierno islámico: la introducción del velo, la separación por sexos en la escuela, las revueltas estudiantiles… Dada su relevancia, realizaron una adaptación al cine de animación.
En Los leones de Bagdad de Brian K. Vaughan (autor de Y, el último hombre) el autor nos muestra sus contradictorios sentimientos ante los ataques norteamericanos a Irak. En la primavera de 2003 un bombardeo permitió que una familia de leones huyera del zoo. Hambrientos, confusos pero libres, deambulan por las destruidas calles intentado huir del caos. Vaughan utiliza este hecho real para crear una fábula en la que nos transmite una historia que nos conmocione, pero sin utilizar personajes humanos. Nos muestra el dolor de los “daños colaterales”, de las víctimas civiles pero sin llegar a comprometerse con sus compatriotas, los atacantes.
Y hasta aquí esta somera visión de cómics históricos (realistas o paródicos). Por supuesto existen muchos más, pero esta serie de artículos nunca ha pretendido ser exhaustiva. No obstante nos gustaría conocer vuestra opinión ¿Tenéis algún cómic histórico favorito? ¿Alguna recomendación que hacernos a todos?