Hace unos años, si preguntaras a un aficionado a la tecnología, te diría que importa más un buen software que el dispositivo que lo hiciera funcionar. Era una época en la que nos deslumbraba Mac OS X frente a Windows Vista, e iOS dejaba en ridículo a los móviles del momento. Pero las empresas, conscientes de esto, empezaron a esforzarse, y surgieron Android, Windows Phone, Windows 7 y Windows 8… Todo el mundo tenía un buen sistema operativo, ya no se podía hacer negocio de él: ahora resultaba necesario disponer de aparatos atractivos en los que integrar el software, que destacasen en lo puramente físico.
Apple no sólo era la que menos problemas tenía con el cambio de paradigma, sino que representó su principal impulsora. Desde siempre había destacado por crear aparatos de calidad, con buen diseño y sistemas operativos propios. Google se encontraba en una posición muy débil en este aspecto, y su decisión fue lógica: desarrollar una nueva plataforma, y dejar que las empresas especializadas y con experiencia crearan los terminales que la iban a acoger. Mientras esto ocurría Nokia seguía anclada en el pasado con Symbian, y tardó mucho más del debido en abandonarlo. Cuando lo hizo eligió Windows Phone, y así se fraguó su alianza con Microsoft.
Ayer se anunciaba la compra de Nokia por parte de la multinacional de Redmond, y lo podemos considerar toda una declaración de intenciones: Microsoft quiere seguir el modelo de Apple y no el de Google, que se parece más al que mantiene en su división de PC, cobrando por sus licencias de Windows. Pero la empresa ha determinado que su destino son los servicios y los dispositivos, y esta compra representa un paso adelante tan fuerte en esa dirección como el lanzamiento de la fallida tablet Microsoft Surface.
Ahora los chicos del saliente Steve Ballmer poseen una potente división dedicada al hardware, capacidad de fabricación a gran escala y se han hecho con el nombre “Lumia”, que muchos compradores valoran. Y estoy seguro que de esta compra se va a sacar mucho más partido que de la de Motorola por parte de Google. Para Microsoft se abre una nueva etapa, en la que está en condiciones de luchar contra sus competidores en una igualdad de condiciones que hasta ahora no se había dado. Por el bien de los consumidores en general, esperemos que los dispositivos de Microsoft y Nokia se presten a una dura batalla.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que esta adquisición resulta positiva para Microsoft, o sólo para Nokia, que no estaba en una buena posición en el mercado?
Yo creo que es muy beneficioso para ambos si lo saben aprovechar, sobre todo Microsoft que ahora tiene el control total.
[…] de móviles estaba en una posición incómoda en el mercado, y la multinacional del software necesitaba un brazo dedicado al hardware que ayudase a sacar adelante Windows Phone. Pero pero las cosas se ven distintas cuando te tocan al […]