Amazon se ha convertido en la gran tienda de Internet, hasta el punto de amenazar a las cadenas físicas. Pero su portal online sólo forma parte de una estrategia más amplia para ganar relevancia en ebooks, tablets y puede que incluso smartphones. El precio bajo se trata de una de las señas de identidad de la empresa, y resulta normal que se levanten suspicacias respecto a la forma en la que se consiguen mantener los costes bajos. Y es que en el sector nunca ha destacado por el respeto a los derechos laborales, sobre todo en los países emergentes.
Pues Adam Littler, un reportero de la BBC, consiguió un puesto en uno de los almacenes de Amazon en el Reino Unido. Y considera que su trabajo resultaba propio de un robot y no de una persona. Tenía un escáner que le decía qué producto debía recoger, y le daba 33 segundos para conseguirlo. De lo contrario, se ponía a pitar y el trabajador se exponía a sanciones. Comenta que una noche debió andar 17 kilómetros en su jornada. No se trata de la primera vez que se critica a la compañía por este particular, y en los almacenes alemanes recientemente han tenido lugar huelgas a causa de temas salariales. Según Littler:
Somos máquinas, somos robots, nos conectamos el escáner – lo llevamos en la mano, pero podríamos tenerlo conectado a nosotros mismos.
Por su parte, Amazon niega todo: asegura que las jornadas son legales, que se preocupa por sus empleados, y que el trabajo no representa ningún riesgo fuera de lo normal, ya que la BBC consultó con expertos que opinan que estas labores pueden desembocar en enfermedades mentales. Un tema complicado, por lo que esperamos que la gran tienda de Internet sienta la presión social y mejore las condiciones en sus instalaciones. La verdad, me atraen los precios de su portal online, pero me pensaría bastante si resulta ético comprar tan barato a costa de la explotación de las personas menos favorecidas.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que cualquier trabajo resulta duro, o que Amazon lleva demasiado lejos sus exigencias?