Ya he hablado en alguna ocasión de que se puede vivir sin piratería y de que me parece que los autores deben recibir una remuneración justa por su trabajo. Con opciones tan cómodas y asequibles como Spotify o Netflix (esta última aún no disponible en España) no existe excusa para acceder a los contenidos de manera ilegal. Pero las maneras de convencer a los usuarios para que dejen de lado las descargas en sitios dudosos deben ser educación y opciones atractivas, no medidas legislativas represivas y que no se adecuan a la realidad social actual. Sin embargo, queda claro que hay países en una situación peor a la nuestra.
Y es que un hombre sueco de 28 años ha sido condenado a pagar una multa de 625.000 dólares por su colaboración en el sitio local de torrents Swebits. Era moderador, y había subido 517 películas hasta 2011, cuando la página cerró tras su arresto. Por todo esto cumplirá una pena de 160 horas de trabajos sociales. Sin embargo, por compartir en 2010 la película Beck – Buried Alive ha sido condenado a abonar el estratosférico importe comentado. Según el abogado especialista Henrik Pontén, esta cantidad:
es igual a lo que el hombre tendría que haber pagado si hubiese comprado una licencia para distribuir la película a través de descargas gratis.
La verdad, una cifra verdaderamente sin sentido, que el Partido Pirata considera una muestra de lo atrasada que se encuentra la legislación al respecto, ya que asegura que comportamientos como estos son llevados a cabo por millones de suecos. Por su parte, Pontén amenaza con que este precedente sirva para solicitar más compensaciones en el futuro. ¿Cuánto pediría por un taquillazo como la segunda parte de El Hobbit? La verdad es que no tengo claro que este tipo de sanciones logren reducir la piratería, sólo hacer que los usuarios tomen más precauciones para no verse descubiertos.
¿Qué opinas de esta multa? ¿Te parece del todo disparatada, como a mí, o crees que representa una indemnización justa ante el daño causado?
