Philips se trata de una empresa centrada en nuevas aplicaciones de la tecnología, pero que sigue vendiendo bajo su nombre equipos audiovisuales. Hoy nos encontramos con un proyector que parece una idea genial, pero que nos hace pensar que la tecnología no está lo suficientemente avanzada. Y es que se ha dado a conocer un dispositivo perfecto para colocar en el salón: muy compacto, se puede poner a muy poca distancia de la pared (no necesita de pantalla) e incluye en su cuerpo todos los elementos que necesitamos para disfrutar de una tarde de ocio muy satisfactoria.
El Philips Screeneo muestra una imagen de 50 pulgadas si está a diez centímetros de la pared, y de 100 pulgadas si se encuentra a 44 centímetros. La resolución se queda en 1.280 x 800 píxeles, muy escasa, y el brillo tampoco destaca (700 lúmenes). Usa tecnología DLP y ofrece opción 3D. Incluye un sintonizador de TDT, altavoces 2.1, dos puertos USB 3.0 para conectar discos duros y ranura para tarjeta de memoria. Dispone de dos entradas HDMI, una VGA, puerto Ethernet y salida óptica. Cuenta con Wi-Fi (compatible con DNLA y Miracast) y un almacenamiento interno de 4 GB, todo movido por Android, que permite reproducir los archivos de vídeo a los que accedamos mediante estas diversas fuentes.
Su precio asciende a 1.690 euros, y representa un grave problema: las especificaciones resultan bastante justas, así que pagar una gran cantidad de dinero por ellas echará a más de uno para atrás. El concepto me parece ideal para disponer de una gran pantalla sin que rompa la estética de nuestro salón, por desgracia la ejecución se queda un poco a medias. Habrá que seguir pendientes del avance de los proyectores en los próximos años para ver si este tipo de aparatos se vuelven técnicamente más potentes y bajan de precio, porque ahora mismo el Philips Screeno se encuentra con algunas limitaciones.
¿Qué opinas del aparato? ¿Te parece ideal para tu casa, o no te acaba de convencer del todo, como a mí?