Estos días están surgiendo noticias bastante interesantes respecto a las redes de datos móviles. Por un lado, ya hemos comentado que se está trabajando en lanzar en el año 2020 la tecnología 5G, que ofrecería una sorprendente velocidad de 10 Gbps (¡10.000 megas!), bajas latencias y mayor eficiencia energética. Ayer tratábamos sobre pCell, un sistema que promete multiplicar por 1.000 la capacidades de los terminales LTE actuales, también con menos consumo y mejores tiempos de respuesta. En este contexto cabe pensar si en unos años no nos encontraremos ante una situación en la que una conexión fija dejara de tener sentido porque una móvil la podría suplir con facilidad.
Lo primero que hay que tener claro es que las velocidades de las infraestructuras actuales bajo HSDPA o 4G resultan suficientes para un uso normal de Internet. El problema se encuentra en la capacidad de las redes y en los límites de tráfico de las tarifas, que hacen que ver un vídeo en alta definición, bajar un juego o actualizar el sistema operativo se vuelva imposible. Si nuestras tareas se limitaran a enviar y recibir correos, visitar Facebook y chatear, desde hace ya un par de años podríamos prescindir de una conexión de ADSL o fibra.
Así que el reto está en conseguir que las redes permitan muchísimo más tráfico a un coste razonable, y que las operadores de telecomunicaciones se muestren dispuestas a hacer sus tarifas ilimitadas, algo que pueden ver con muy malos ojos. Está claro que las conexiones fijas en cualquier caso van a ofrecer mayor ancho de banda, de hecho ya se trabaja en fibra a 10 Gbps. Y siempre aparecerán servicios que demanden más velocidad y transmisión de datos, y existirán usuarios entusiastas que sólo se conformen con anchos de banda superiores a la media, que utilizarán de manera intensiva.
Pero puede llegar un momento en el que las necesidades de la mayoría de los internautas se vean satisfechas por una conexión móvil. En un contexto en el que las tarifas incluyen cantidades tan exiguas como 1 GB de tráfico, resulta evidente que nos encontramos lejos de ese escenario. Si hablamos del año 2020, no se puede excluir la posibilidad, pero ya en el pasado se hicieron previsiones similares con el 3G que fallaron. Así que temo que la pregunta del título aún no se puede responder sin dudas, pero sí que veo claro que los accesos a Internet móviles cada vez van a robar más importancia a los tradicionales.
¿Qué opinas del tema? ¿Te gustaría prescindir de tu conexión cableada, o crees que siempre resultará necesaria para ciertas tareas exigentes?
Por mi experiencia veo que no interesa. Las conexiones móviles siempre las limitan y creo que las físicas no deben desaparecer si siguen este caso. ¿Para qué serviría una conexión limitada a 10 GB con todo lo que se nos viene encima?
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