En Internet podemos encontrar de todo: la historia de la Barbie de carne y hueso, el caso de la comida china peligrosa para la seguridad informática o detalles de cómo cocinar en un lavavajillas. Así que no nos debería sorprender la afición de Ryan Beitz, un hombre de Idaho que pretende hacerse con todas las cintas VHS de Speed, la película que en 1994 lanzó a la fama a Keanu Reeves y a Sandra Bullock. Todo se originó durante unas Navidades en las que Beitz no tenía presupuesto para regalos, y entregó a cada miembro de su familia una copia de este film.
Unos días después encontró treinta cintas más en un tienda, que compró por 11 céntimos la unidad. Y es que este peculiar coleccionista declara no desear gastar dinero en su afición, y asegura que se decanta por robar las películas si cuestan más de cuatro dólares cada una. Tampoco las trata con delicadeza, sino que van desperdigadas por su furgoneta… que quiere transformar en el bus que sale en Speed mediante una recogida de fondos en Kickstarter. Y, de paso, espera que ese dinero le ayude a pagar el seguro de circulación, que hasta ahora no tiene contratado, a pesar de que a veces conduce.
Ahora mismo tiene unas 550 copias en VHS (no sabe el número exacto) y 26 en Laserdisc, que usa como moneda de cambio. En su página web indica la dirección a la que le podemos mandar más videocasetes para aumentar su colección. Beitz aspira a conseguir todas las cintas de Speed del mundo, aunque sabe que resultará complicado. Por supuesto, se toma el tema con sentido del humor… ¡aunque eso no le ha impedido reunir más de quinientas unidades! Sin duda, cada uno tiene sus aficiones, y todas son respetables, aunque algunas resultan bastante sorprendentes.
¿Qué opinas de Ryan Beitz? ¿Te vas a poner a buscar alguna vieja copia de la película, o no te apetece contribuir a esta locura?