La verdad es que esta enfermedad no resulta especialmente grave: aunque no se puede curar, sólo causa erupciones, que pasan en unos días y se pueden tratar. Se considera que el 25% de los británicos que mantiene relaciones la sufre. Es más, la variedad VHS-1, que suele afectar a los labios, se contagia normalmente durante la niñez, mediante el trato diario. El 80% de la población es susceptible a esta dolencia, y desde luego no se debe considerar una amenaza. Aunque los besos pueden representar un buen ejercicio, implican un pequeño riesgo. Y otro tipo prácticas más personales también.
Pues bien, leemos en Vice que una mujer denunció a su novio por transmitirle este virus. Y lo más increíble es que el juez lo declaró culpable… ¿será que las cárceles británicas están demasiado vacías, como las de los Países Bajos? De otra manera, no se puede entender una condena de 14 meses como la que se le ha impuesto. El hombre apeló la decisión, y la Corte encargada de revisarla estaba de acuerdo en que el contagio no fue intencionado… y se limitó a rebajar en tres meses la pena total, reafirmando el resto de la sentencia. Algo que no ha sentado bien entre los grupos que trabajan en el campo de la salud.
Y es que consideran que esta decisión causa un alarmismo ilógico respecto a un problema que califican como “trivial”. En un contexto en el que el país está tomando medidas para evitar el contagio de enfermedades más graves, lo último que se necesita es que la atención mediática se distraiga de las verdaderas amenazas. Por otro lado, esta decisión judicial resulta bastante ilógica, y podría sentar un peligroso precedente que provocase innumerables denuncias, basadas en el despecho más que en el sentido común.
¿Qué opinas de esta noticia? ¿Te parece razonable esta sentencia, o la encuentras tan sorprendente y arbitraria como yo?
Imagen | Metju12