Aunque la NASA está centrada ahora mismo en construir sondas y vehículos (algunos verdaderamente sorprendentes), hubo una época en la que las misiones tripuladas resultaban frecuentes. El programa Mercury se desarrolló desde 1961 hasta 1963, como reacción a los avances espaciales de la Unión Soviética, y puso en órbita al primer estadounidense. Tal y como leemos en io9, los siete astronautas elegidos recibieron un entrenamiento muy exhaustivo, dado que se iban a enfrentar a muchos riesgos desconocidos. Y es que la NASA no deja nada al azar… ¡hasta quiere realizar un experimento en el que los partícipes deberán estar tumbados en cama 70 días para simular los efectos de la microgravedad!
Pues bien, uno de los potenciales problemas en el programa Mercury era que la cápsula no aterrizase en el lugar indicado al regresar, y el tripulante estuviese varios días abandonado a su suerte mientras lo encontraban. Así que en 1960 llevaron a los astronautas al desierto de Nevada, junto con una réplica de la nave, y pasaron cuatro días solos. La experiencia les gustó bastante, y demostraron poder enfrentarse a una situación de este tipo sin problemas, usando los recursos disponibles. Incluso se hicieron unos gorros estilo árabe rasgando la tela del paracaídas de la cápsula.
La práctica sigue llevándose a cabo, en escenarios diversos. Además de la NASA, la Agencia Espacial Europea ha abandonado a sus astronautas en el medio del mar, y Rusia los ha llevado a un bosque nevado. Aunque estos riesgos asociados a la reentrada no los sufren todos: la misión privada Mars One quiere llevar a cuatro personas al planeta rojo para que se queden allí, y disponen de muchos voluntarios. No cabe duda de que la exploración espacial resulta peligrosa, y no nos debemos sorprender de que la NASA realice desde siempre ejercicios de lo más exigentes.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que estos ensayos son necesarios, o te parece difícil que una cápsula espacial se pierda durante días?
Imagen | JD Hancock