Hay gente que hace cosas muy raras con el pelo, como usar el de sus mascotas para tejerse ropa. Pero la mayoría de las personas simplemente se tiñen el cabello, o el de sus animales domésticos, como en el caso de los perros pintados de oso panda. Sin embargo, siempre hay dudas sobre si los colorantes empleados no dañan el pelo, o incluso nuestra salud. Pues bien, el profesor Bruce C. Lamartine de Los Alamos National Lab y el profesor Zayd C. Leseman de la Universidad de Nuevo Mexico han trabajado en una alternativa interesante a los tintes tradicionales.
Su idea, que conocemos gracias a io9, se basa en utilizar un haz de iones focalizado para dibujar micropatrones en los cabellos, de forma que reflejen la luz del color deseado. El sistema funcionó, y además resultó especialmente efectivo en cabellos marrones, pero la multinacional P&G no quiso seguir financiando el trabajo, porque no estaba claro cómo se podría llevar al mercado esta idea, que en el laboratorio requería de una máquina de cuesta un millón de dólares. Así que la imagen de la cabecera, creada para la nota de prensa de la noticia, se trata de pura ficción: no se ha desarrollado todavía un cepillo que cambie nuestro color de pelo.
Una alternativa que plantean los autores es que se aplique una crema protectora en el pelo antes de usar el haz iónico, de forma que podamos retirar el tinte con sólo lavarnos la cabeza. Por otro lado, no se descarta la posibilidad de aprovechar este avance en temas de seguridad y militares, empleando el sistema para fines de identificación. Desde luego, me parece una línea de investigación muy interesante pero, considerando que no hay dinero ni para desarrollar una vacuna contra el Ébola, entiendo que no se quiera invertir en un campo como este.
¿Qué opinas de la idea? ¿Te gustaría disponer de un tinte de este estilo, o estás satisfecho con los que se encuentran a la venta?
