Aunque hace algunos años parecía imposible, hoy podemos afirmar que jugar a videojuegos es, oficialmente, una forma de ganarse la vida. Los gamers, jugadores profesionales de videojuegos, pueden llegar a ganar más de un millón de euros al año y arrastran una legión de fans dispuestos a seguir a su ídolo a cualquier parte del mundo.
Permanecer horas frente a una pantalla jugando ha sido un motivo tradicional de discusión entre padres e hijos. Sin embargo, esta tendencia podría cambiar con el paso de los años, ya que no es descabellado predecir que se convertirá en una profesión con más futuro del que jamás hubiéramos imaginado.
League of Lefends o World of Warcraft, una fuente de ingresos
Videojuegos online como League of Legends (LOL) o World of Warcraft (WOW) cuentan con millones de suscriptores, lo que hasta hace poco les convertía en proyectos únicamente rentables para sus compañías.
Las cifras del LOL acumulan cifras récord. De hecho, solo el último Mundial fue seguido ya por más de treinta millones de personas en todo el mundo.
Cifras astronómicas
El sueldo anual que Riot Games, empresa creadora del LOL, ofrece a sus jugadores es de 50.000 dólares aproximadamente, aunque varía en función del caché del jugador y del equipo en que juegue.
Con esta cantidad, se financia el alojamiento cuando viajan para competir, los desplazamientos y la gaming house, su vivienda durante todo el año, en la que los compañeros de equipo conviven y entrenan cada día.
Lee ‘Faker’ Sang, el Cristiano Ronaldo del LOL
El fichaje de este jugador coreano costó la temporada pasada un millón de dólares. Sang facturó una cifra similar, ya que consiguió ganar junto a su equipo todas las competiciones del año, desde la liga hasta el mundial.
A esto habría que añadir los ingresos por publicidad. Como en el el resto de deportes, los jugadores de videojuegos también llevan en su equipación logos de marcas.
Los gamers españoles
El caso más conocido en España es el de xPeke, ganador de un mundial de League of Legends con Fnatic y principal estandarte del videojuego profesional español.
Tampoco podemos obviar el caso de Carlos Rodríguez, ’Ocelote’, primer español que alcanzó la élite y llegó a ingresar entre 600.000 y 700.000 euros anuales.
El streaming, una práctica común
La retransmisión de partidas en directo vía online supone otra de las grandes fuentes de ingresos de estos jugadores profesionales, pues muchas marcas optan por insertar su publicidad en vista del éxito de las emisiones.
Además de la publicidad, los gamers reciben donaciones de miles de fans que cada día ven sus vídeos en directo. A través de los streamings, algunos jugadores ofrecen también a sus seguidores la posibilidad de jugar juntos.
Como veis, todavía hay esperanza para todos aquellos que amáis los videojuegos. No es un camino fácil, pero con perseverancia y práctica (esto último lo tenéis seguro), podéis llegar a la élite de una industria en pleno desarrollo.
¿Qué opináis al respecto? ¿Hay futuro en esta profesión o continúa siendo una utopía? ¿Algún día será natural decir a nuestros padres que de mayores queremos ser gamers? No dudéis en dejar vuestra opinión en los comentarios.