Las películas, como todos sabemos, son el resultado de un complejo engranaje del que forman parte desde actores hasta guionistas, pasando por el director y el equipo de vestuario. Como en todo mecanismo, cada pieza debe estar sincronizada, aunque será el director quien las haga mover.
A pesar de que todos los componentes de una película juegan un papel indispensable, lo cierto es que son los directores quienes tienen la última palabra en la toma de decisiones. El sello del director es un elemento fácilmente reconocible, pero en ocasiones esta no es una característica positiva.
Hoy no hablaremos de malas películas, pero sí de producciones que podrían haber mejorado notablemente con otro director. Algunas, por su temática o por sensibilidad, hubieran sido mucho mejores con otro realizador capaz de dar un enfoque más acertado.
Hollywoodland, de Allen Coulter
En el caso de Hollywoodland, estamos convencidos de que Clint Eastwood hubiera conseguido dotar a la película de la tensión constante que requiere. Su argumento, basado en la muerte de George Reeves en una serie muy popular en los comienzos de la televisión estadounidense, no está acompañado de elementos importantes a pesar de ser interesante.
Su reparto, encabezado por Diane Lane, Adrien Brody y Ben Affleck, tampoco está bien dirigido. En general, Hollywoodland lo tenía todo para ser una gran película y acabó pasando a la historia como una producción mediocre.
Misión Imposible 2, de John Woo
John Woo, director coreano más que acostumbrado a la acción, no supo articular bien las secuencias y personajes en Misión Imposible 2. El resultado final únicamente salió a flote gracias a las habilidades de Tom Cruise.
Después de ver este batiburrillo lleno de fallos, muchos no pudimos evitar pensar en Brian De Palma, el brillante director que sí supo sacar partido a la primera entrega de la saga.
Femme Fatale, de Brian De Palma
Si bien Brian De Palma hubiera sido perfecto para dirigir la segunda parte de Misión Imposible, no lo fue tanto para Femme Fatale. La película acabó convirtiéndose en un juego extravagante con Antonio Banderas como protagonista.
Con claras influencias de Hitckcock y David Lynch, el protagonista es víctima de una mujer tan guapa como lasciva interpretada por Rebecca Romijn-Stamos. Realmente creemos que De Palma no era el director adecuado para impregnar la producción de erotismo y suspense.
El árbol de la vida, de Terrence Malick
A pesar de que El árbol de la vida ha conquistado a millones de espectadores, muchos otros consideran que es demasiado pedante. De hecho, la historia llega a parecer interminable y, sobre todo, decepcionante en su final. Después de tanto tiempo, esperábamos un buen colofón y no el mensaje místico y sin interés que nos mostraron.
Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet, de Tim Burton
No podemos condenar a Tim Burton, pero sí nos atrevemos a sugerir que con Kenneth Branagh Sweeney Todd hubiera mejorado. Burton parece, a simple vista, una buena opción como director, ya que es una película muy de su estilo, pero si consideramos otras opciones no es difícil cambiar de idea.
Este macabro musical sería mejor con el delicado romanticismo mezclado con toques de humor negro al que nos tiene acostumbrados el genial Branagh.
Enemigos públicos, Michael Mann
Esta película narra la vida del Enemigo Público Número, el ladrón más popular del siglo XX en Estados Unidos. Aunque cuenta con un reparto de lujo del que forman parte Johnny Depp, Christian Bale y Marion Cotillard, el resultado final es bastante artificial.