El ébola no descansa. Pero los científicos que lo estudian tampoco. Una investigación llevada a cabo por la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Salud de Sierra Leona y el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos ha concluido que el gen del virus puede permanecer en algunos fluidos corporales durante más de nueve meses. Esta podría ser la causa por la que la enfermera británica Pauline Cafferkey, que fue infectada y dada de alta en enero de este año,haya sufrido una grave recaída y se encuentre de nuevo hospitalizada.
El estudio, que se ha realizado con pacientes que superaron hacía varios meses el virus, ha descubierto que el material genético viral del ébola, el ARN, puede seguir inmutable en el semen, el líquido de los ojos, el cerebroesquinal, el amniótico y en la leche materna durante nueve meses, y en algunos casos durante diez. No obstante este remanente no supone necesariamente que la persona esté infectada y que el virus continúe en su organismo, sino que existen genes del mismo. Aunque es pronto para determinar si la presencia del ARN del ébola es sinónimo de contagio sí se sospecha que en algunas regiones como Liberia, que fue declarada libre del virus, el gen del mismo en este tipo de fluidos fuera el causante de nuevos casos de infectados.
El descubrimiento obliga a los científicos a replantearse la fórmula con la que atacar al ébola, el virus que se ha cobrado la vida de más de 10.000 personas en todo el mundo. Si bien es cierto que esta epidemia (que se originó en Guinea y se extendió a Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Senegal, Estados Unidos, España, Malí y Reino Unido) está más controlada, el hecho de que pueda seguir en el organismo de los afectados tanto tiempo después de haber dado negativo en los análisis que lo detectan es motivo de preocupación. La OMS alerta de que todavía es pronto para relajarse, y aunque África no haya registrado nuevos casos desde hace dos semanas, Guinea tiene cerca de 150 personas en observación. Además, el caso de la enfermera británica ha desatado las alarmas en Reino Unido, ya que 62 personas que mantuvieron contacto con ella están también en observación médica.
