¿Qué consecuencias pueden tener los 100 euros de coste extra de Xbox One frente a PlayStation 4?

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No cabe duda de que uno de los aspectos que más expectación crearon alrededor de las nuevas consolas fue su precio. Puesto que en el mundo de la electrónica de consumo (donde todo suele ser caro, hay demasiadas cosas que deseamos y aún encima los productos se renuevan cada poco tiempo) el precio siempre representa un factor importante. Vamos a analizar con detalle si la diferencia económica que existen entre las consolas de Sony y de Microsoft implica una ventaja clave para los japoneses, o si el tema resulta más complicado de lo que parece.

PlayStation 4 con su mando y su cámara

A día de hoy, sabemos que PlayStation 4 destaca por un precio bajo de 399 euros, su enfoque social y su teórica potencia superior. Xbox One cuenta con un catálogo muy interesante, funciones de centro multimedia y el accesorio Kinect, precisamente el culpable de que se vaya a vender por 499 euros. Desde un primer momento se empezó a dar por fracasada la plataforma, ya que no iba a permitir juegos de segunda mano y resultaba más cara. Ahora que el tema de los semi nuevos ha dejado de representar un inconveniente, creo que vale la pena analizar hasta que punto esa diferencia de precio puede resultar importante o no.

Por un lado, considero que el tema del coste no se debe infravalorar. Cuando nos hablan de un gadget siempre preguntamos por lo que vale, porque hay muchos de ellos que queremos y tenemos que repartir nuestro presupuesto. Si la consola, por ejemplo, se trata de un regalo navideño, los 100 euros pueden resultar clave. Por otro lado, muchos consumidores percibirán que el extra que pagan por Xbox One se debe a la inclusión de Kinect, un accesorio que en general no resulta muy querido. La verdad, creo que además hay un factor psicológico muy importante entre pensar que te has gastado 500 euros en lugar de 400 en algo destinado al ocio.

Pero debemos tener en cuenta otro aspecto. Los primeros compradores se tratarán de aficionados entusiastas, y seguramente el coste no les va a hacer decantarse por una opción sobre otra, adquirirán el producto que más les guste por sus características o catálogo. Caso similar al de quien quiere un iPhone: podría comprarse un Android más barato, pero no es lo que le interesa, y está dispuesto a pagar un extra por lo que de verdad desea. Además, una consola se trata de un aparato con un vida útil de al menos cinco años, y cuyo coste en juegos acaba por volverse mucho más alto que el de la propia máquina, por lo que la inversión inicial no se trata de un factor verdaderamente tan relevante.

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Entonces, ¿el tema del precio resulta determinante? Yo creo que durante el primer año no representará un tema clave, pero en las segundas Navidades de vida de ambos sistemas, cuando seguramente ya haya tenido lugar una rebaja, mantener una diferencia de coste importante podría suponer un problema insalvable para Microsoft de cara a conseguir acercarse al gran público. Pero, ahora mismo, lo verdaderamente clave es que se esfuercen por pulir su propuesta y lanzarla con juegos interesantes, algo más importante que ofrecerla en las mejores condiciones económicas.

¿Qué opinas tú? ¿Cien euros de diferencia te parecen una cantidad razonable, o pueden representar la perdición para Xbox One?

Archivado en Microsoft, PlayStation 4, Sony, Videojuegos, Xbox One
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