Siete razones por las que la ultra alta definición tardará mucho en hacerse popular

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Durante la pasada feria tecnológica CES 2013 la estrella fueron los nuevos televisores 4K, capaces de ofrecer cuatro veces más píxeles que un modelo 1080p convencional. Sería fácil llevarse por la emoción y pensar que pronto este nuevo formato dominará los salones de todo el mundo, pero hoy os queremos enumerar una serie de motivos que hacen que esto sea muy improbable en los próximos años. ¡Lee el artículo completo para conocer nuestros argumentos al respecto!

En la exposición de la industria tecnológica CES 2013 hubo una tendencia muy clara: dispositivos con una resolución 4K, es decir, cuatro veces superior a la de una pantalla Full HD. Hubo bastantes televisores con esta tecnología, e incluso un tablet se atrevió a dar el salto. Podríamos pensar que estamos ante la inminente llegada de estos aparatos a las tiendas y la popularización del formato, pero el camino está lleno de obstáculos. Y hoy os ofrecemos un listado de las razones por las que tardaremos años en tener una televisión Ultra HD en nuestros hogares:

Imagen de un televisor 4K de Sony

Sufrimos falta de contenido: sencillamente hay pocas películas grabadas en este formato, no hablemos de series o televisión en vivo. Y tampoco está claro que la próxima generación de consolas sea compatible, por lo que hay poco material que pueda atraer a los consumidores.

Los precios resultan elevados: los televisores 4K parten de cifras alrededor de los 20.000 dólares, por lo que la tecnología está al alcance de muy pocos. Aunque la reducción de costes resulta inevitable, aún tardaremos mucho en ver modelos por 1000 euros que un comprador medio pueda considerar adquirir para un uso no entusiasta.

La tecnología actual es válida: los medios confirman que el vídeo en ultra alta definición resulta espectacular, pero lo cierto es que un Blu-ray ofrece una calidad más que aceptable, por lo que habrá muchas personas que no verán la necesidad de un cambio de generación cuando la actual satisface sus necesidades plenamente.

No hay un formato físico definido: por desgracia, aún no existe (ni se oyen rumores al respecto) un formato físico que permita distribuir en los hogares contenido en esta calidad, lo que representa un grave impedimento para muchos consumidores apegados a los discos y a los que les gusta coleccionar películas y series.

Las conexiones son lentas: numerosos internautas no disponen ni de un acceso a la red lo suficientemente rápido para ver un simple vídeo 1080p de bajo bitrate con fluidez, por lo que la distribución del material a través de Internet dejaría de lado a gran cantidad de usuarios que no disfrutan de conexiones de buena calidad.

Los televisores son muy grandes: Ultra HD tiene sentido en pantallas de un tamaño enorme, en las que se pueda apreciar completamente el aumento de píxeles. Pero no todo el mundo quiere convertir su sala de estar en un cine, por lo que muchos se quedarían de lado voluntariamente respecto a esta nueva moda tecnológica.

Requieren nuevas compras: muchos fueron los que renovaron sus filmotecas con el paso del VHS al DVD, muchos menos con la llegada del Blu-ray… ¿El nuevo formato (ya sea físico o digital) logrará convencer a los consumidores para volver a realizar inversiones? Es bastante dudoso, sobre todo con la incertidumbre económica actual.

Como ves, el salto al vídeo de nueva generación es un tema lleno de incertidumbres, por lo que sólo los más entusiastas de la tecnología lo apoyarán sin ambages. Para los demás, hay muchas cuestiones que resolver, por lo que apuesto a que tardaremos más de cinco años en ver pantallas 4K como una alternativa real y razonable.

Archivado en 4K, Televisiones, UHD, Ultra HD
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