La verdad es que cada día la batalla por la privacidad en un mundo repleto de tecnología va a peor para los usuarios. El antiguo contratista de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense Edward Snowden destapó el programa PRISM, que permitía a los servicios de inteligencia acceder a todos los datos de los internautas, sin necesidad de que existieran sospechas fundadas, ni mucho menos una orden judicial. Y lo que me parece peor, con la complicidad, seguramente interesada, de las grandes compañías tecnológicas del país. Sin embargo, ahora nos enteramos de que el escándalo resulta aún mayor, y que ciertos países también fueron espiados.
Según unos documentos a los que ha tenido acceso el diario alemán Der Spiegel, en el pasado se intervinieron numerosas comunicaciones de la sede de la ONU en Nueva York, incluyendo vídeo llamadas. Y además la Unión Europea también habría sido objetivo de escuchas, en la sede de su representación diplomática en Estados Unidos. Por otro lado, en numerosas embajadas y consulados del país americano a lo largo de todo el mundo habría estaciones de espionaje camufladas. Un verdadero problema, que demuestra que el riesgo del programa PRISM resultaría aún más serio de lo que pensamos en un principio.
Para unir a este escándalo también el esperpento, los documentos de Snowden revelan algunos de los abusos de poder que se daban en la NSA, como utilizar los recursos públicos para que un agente pudiera controlar a su ex mujer. En definitiva, parece que la disciplina, la ética y la responsabilidad no representan las principales prioridades para la inteligencia estadounidense. Lo que queda claro es que resulta más que necesaria una reforma del sistema, y que la Unión Europea debe dejar claro que este tema se trata de una crisis diplomática que no se puede resolver sin un compromiso firme por parte del gobierno americano de respetar la privacidad ajena.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que PRISM ya no nos puede sorprender más o que todo puede ir a peor?
Imagen | thibault milan