A Microsoft se le amontonan los deberes para su próxima consola de sobremesa: ha prometido que cada una de las máquinas comerciales podrá utilizarse como una unidad de desarrollo en el futuro, y se ha apuntado a que tal vez ofrezca retrocompatibilidad con títulos antiguos mediante streaming, al estilo del Gaikai de Sony. Pero la realidad inmediata es que el 22 de noviembre la máquina sale a la venta en nuestro país por 499 euros, adelantándose una semana a PlayStation 4, aunque resultando cien euros más cara por la inclusión del sensor Kinect. Eso sí, el catálogo de lanzamiento de los chicos de Redmond apunta bastante más alto.
En cualquier caso, los directivos de Microsoft no paran de ”dejar caer” nuevas prestaciones hipotéticas, siempre con cautela y sin dar nada por seguro. Así pues, Major Melson (Larry Hryb, directivo de Microsoft) ha indicado que Xbox One podría ofrecer soporte a teclados y ratones si los desarrolladores lo piden, aunque por el momento avisa de que no se trata de un anuncio oficial. Por otro lado, Phil Spencer (otro directivo clave) ha indicado que la posibilidad de que los modos online de la consola se puedan disfrutar con la participación de usuarios de Windows es algo “que tiene mucho sentido”, aunque aclara que “no puede filtrar cosas”.
Realmente, no veo mucho sentido a implementar un control tan distinto a un mando tradicional como el que representan el teclado y el ratón, algo que además puede desequilibrar la jugabilidad. Por esto mismo creo que el juego cruzado tampoco se trata de una buena idea. Ya en el pasado se intentó, y el resultado no fue óptimo. Eso sí, podemos calificar como positivo que Microsoft apueste por la innovación y esté dispuesta a escuchar las demandas de los desarrolladores. No sabemos si estas características se volverán oficiales, pero parece, en cualquier caso, que el tema va para largo.
¿Qué opinas de estas noticias? ¿Crees que resulta apropiado acercar las consolas al PC, o piensas que deben ser experiencias claramente diferenciadas?
