Aunque consolas como la Nintendo Wii U apuestan más por un sistema de control novedoso y una jugabilidad distinta que por destacar en el aspecto visual, para muchos aficionados este tema resulta clave. A pesar de que una consola nunca vaya a ofrecer la potencia de un PC, el salto gráfico respecto a las máquinas actuales se trata de un atractivo considerable, ya que Xbox 360 y PlayStation 3 se acercan a los ocho años de vida, representando la generación de máquinas más larga hasta el momento. Así que los compradores valoran muy positivamente las capacidades técnicas de las últimas propuestas de Sony y Microsoft.
¿Cuál es la forma que tenemos los usuarios de conocer hasta dónde llegan en el aspecto gráfico estos sistemas? Los vídeos, por supuesto, que a día de hoy se encuentran en Internet. En concreto, incrustados en diversas páginas, y reproducidos en streaming, principalmente desde YouTube. No cabe duda de que esta forma de acceder a los contenidos resulta muy cómoda, y ha desterrado el inconveniente de descargar un gran archivo antes de empezar a visualizarlo. Resulta ideal para la mayoría de las funciones: ver un tráiler de una película, un vídeo de gatos simpáticos, un videoanálisis de un producto…
Sin embargo, para apreciar un videojuego de nueva generación, YouTube resulta sencillamente insuficiente si nos decantamos por la pantalla completa. Incluso aunque usemos el modo 1080p, el bajo bitrate impide que la calidad de la imagen se pueda considerar aceptable. La nitidez de un streaming es muy pobre, haciendo que se pierda mucho detalle. La fluidez en los movimientos rápidos deja mucho que desear. Sólo hay que comparar uno de estos vídeos con una versión descargada en alta calidad (que puede ocupar varios cientos de megas por unos pocos minutos) para darse cuenta de que la impresión que nos llevamos con los vídeos incrustados en páginas web dista mucho de la realidad.
La conclusión que sacamos es que las tendencias actuales en lo que a visualización de vídeo respecta están dañando los esfuerzos de marketing de Sony y Microsoft. Lo mejor me parecería que ambas compañías ofrecieran descargas directas de sus vídeos promocionales, o que usaran un reproductor web propio con un mayor bitrate. Aunque, con las velocidades de Internet actuales, probablemente muchos internautas acabarían por no ver los materiales ante la espera que representaría cargar toda esa información. A pesar de que parezca un poco lamentable, me temo que actualmente Internet no está preparada para ofrecer a los consumidores una imagen real de las capacidades de la nueva generación.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que estamos ante un problema grave, o que los compradores son conscientes de que la calidad de los nuevos juegos resulta superior a la que muestra YouTube?
