Hay muchos aspectos en nuestra vida en los que lo importante no se trata de nuestras capacidades, habilidades o ni siquiera de nuestros deseos últimos, sino de nuestra motivación. Normalmente, uno no suele encontrarla en un dispositivo electrónico, aunque los lanzamientos de Windows XP y de Windows 8 a mí me fascinaron tanto que durante unas semanas siempre encontraba alguna tarea que realizar frente al PC para disfrutar de las numerosas novedades. La pregunta del millón, ¿puede un gadget convencernos para andar más, salir a correr y sudar? No por sí solo, pero nos puede dar un empujón importante que marque la diferencia.
Uno podría pensar que productos como Withings Pulse o Fitbit Flex se encontrarían enfocados a los más entusiastas del ejercicio físico. Seguro que ellos se tratan de los que más utilidad le sacan a sus funciones, y los que se encontrarán más dispuestos a pagar los cien euros que cuestan de media. Pero, si a uno le gusta el deporte y cuidar su cuerpo, lo va a hacer de todos modos, ya sea con estos dispositivos o sin ellos. Pueden representar un factor más, y seguro que permiten afinar más el entrenamiento, pero la diferencia no va a volverse demasiado grande, en mi opinión.
Sin embargo, para aquellas personas que van dejando de un día para otro el ejercicio, que se pasan en el aporte calórico y que, en general, las cuesta estar en forma, creo que el concepto se vuelve muy útil. Primero, porque este dispositivo se transforma en un vigilante omnipresente de nuestras actividades. También porque el factor psicológico de gastar en su compra representa una forma de tomarse en serio los objetivos. Y, sobre todo, porque el cuidado físico pasa a transformarse en una especie de sofisticado juego tecnológico, en el que tenemos unas detalladas estadísticas que nos animan a mejorar día a día.
Por todo esto, creo que un cuantificador personal representa una opción muy interesante para alguien preocupado por su estado físico, tanto o más que para alguien que ya lo mantiene correctamente. Aunque a algunos este momento ya le resulte demasiado tarde para pensar en comprar regalos, los que esperen por los Reyes harían bien en valorar la adquisición de uno de estos aparatos para esa persona (siempre hay una) que quiere cuidarse, o para uno mismo. Desde luego, invertir en salud siempre se trata de una de las elecciones más sabias que podemos hacer, sobre todo los más “vagos”.
¿Qué opinas del tema? ¿Consideras que estos gadgets pueden representar un elemento motivador clave, o crees que no conseguirán animar a una persona que no tenga interés en el deporte?