Muy atrás quedaron los tiempos en los que teníamos que pagar precios abusivos por los CD de música, debido al pacto anticompetitivo de la industria discográfica. Tras unos años en los que la piratería campaba a sus anchas, el sector reaccionó con Spotify de manera contundente. Se trata de un servicio de streaming con un amplio catálogo, un excelente funcionamiento y unos precios más que razonables para cualquier persona a la que le guste la música. Los cambios de política y los experimentos respectos a sus condiciones han sido una constante, pero creo que han llegado a un punto en el que se han pasado de generosos.
Yo pagaba una muy razonable cuota de cinco euros al mes por escuchar en mi ordenador (no en dispositivos móviles) un número ilimitado de horas sin anuncios. Aunque estaba satisfecho, tampoco quiero hacerme tonto, y me he dado cuenta de que ya no tiene sentido abonar este importe. Ahora se ofrece toda la música que quiera desde el escritorio sin coste, aunque intercalada con publicidad. Además, actualmente tampoco hay que pagar el servicio en tabletas y smartphones, aunque en estos últimos no podremos elegir la canción concreta a disfrutar si nos decantamos por la opción gratuita.
Francamente, opino que la generosidad de Spotify va demasiado lejos. Con unas políticas tan laxas, muy pocos serán los que mantengan una suscripción de pago, con lo que los ingresos no relacionados con la publicidad se derrumbarán. Por otro lado, al ver como el servicio distribuye sus ingresos, me preocupo poco: los artistas ya no ganaban prácticamente nada, por lo que no me da ninguna pena que las discográficas vean disminuidos sus márgenes. Pero eso no quiere decir que no me sorprenda que aquellos que viven de la música se empeñen en regalarla y hacer disminuir su valor.
Aunque los medios han celebrado todas estos cambios beneficiosos para los usuarios, yo tengo dudas de que resulten sostenibles a largo plazo. No veo claro que la industria musical se pueda sostener mediante anuncios, aunque me encantaría equivocarme y no tener que volver a pagar por una canción. Pero, la verdad, creo que Spotify debe ocultarnos su intención final de estas modificaciones. O, de lo contrario, opino que en unos pocos meses tendrá que volver a las políticas restrictivas para que siga funcionando su negocio. Desde un punto de vista económico, lo que está pasando en el sector discográfico parece muy interesante, pero tengo miedo de que se esté formando una peligrosa “burbuja”.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que el “todo gratis” de Spotify es sostenible a largo plazo, o te parece demasiado bonito para resultar cierto?
Honestamente creo basado en que por ejemplo deezer (Mi servicio y claro que lo seguire pagando 8 dolares no es nada) tiene una base de 75% de usuarios de dispositivos móviles, diría claramente que el negocio se esta mudando a plataformas móviles y el nicho de los PCs ya es claro que para las empresas está en segundo plano, ahora respecto a la permisividad quisiera comparar Itunes Radio (Un fracaso total), que tiene un modelo muy similar al de Spotify entonces claramente este es un servicio de prueba para que alguien decida suscribirse, ellos hacen eso, deezer regala 15 días de suscripción completa, entre estrategias comerciales habrá que esperar cual es la mejor, por eso estoy totalmente en desacuerdo con la nota. (Manito Abajo).