Ya hemos visto que el tabaco se diseña con mucho cuidado para engancharnos, y que sus efectos a largo plazo resultan gravísimos, desde cánceres a problemas cardiovasculares y de pulmón. Pues un estudio de la Universidad de California realizado a lo largo de 14 años en un total de 5.309 voluntarios demuestra que los refrescos azucarados aceleran el envejecimiento de una manera similar al tabaco. Por otro lado, ya hemos visto que también provocan sobrepeso, pero eso no le debe extrañar a nadie considerando la enorme cantidad de azúcar que suelen incluir, y la frecuencia con la que algunas personas los toman.
Y es que leemos en Geek que la investigación liderada por la profesora Elissa Epel comprobó que aquellos que bebieron a lo largo de los 14 años sobre 140 mililitros de refrescos azucarados al día envejecieron unos 2 años adicionales. Lo que tomaban cerca de 600 mililitros al día envejecieron casi 5 años extra. Esto se midió mediante el análisis de los telómeros, unos fragmentos de ADN que van desapareciendo con la edad, y que resultan unos marcadores muy usados en temas de envejecimiento. El azúcar parece ser el responsable, porque los refrescos light no causaron los mismos efectos.
Sin embargo, la investigación revela ciertas contradicciones, ya que los que ingirieron zumos azucarados no mostraron el envejecimiento adicional esperado. La profesora Epel cree que no se tomó una muestra lo suficientemente amplia de personas que bebían zumos, ya que hace años no resultaban igual de populares que ahora. Aunque serán necesarias más evidencias para poner a la Coca-Cola y a sus competidores al nivel del tabaco, parece claro que deberíamos, como mínimo, beber versiones sin azúcar. Y es que, aparte del riesgo de obesidad, problemas cardiovasculares y diabetes… ¡ahora se une el problema de la aceleración del envejecimiento!
¿Qué opinas de este trabajo? ¿Le das crédito, o no crees que un refresco pueda ser tan malo?
Imagen | James Mackintosh