Como hemos podido comprobar en otras ocasiones, las aplicaciones de la ingeniería genética son diversas y muy esperanzadoras. Gracias a este tipo de técnicas se pueden lograr cosas hasta hace poco impensables, como determinar el riesgo de suicidio con un simple análisis o eliminar enfermedades hereditarias.
Hoy hablaremos de unos recientes trabajos publicados en la revista Nature Biotechnology, que ha investigado el tratamiento de la sordera en un grupo de ratones. ¿Qué tienen de especial? La ingeniería genética ha sido su herramienta.
Terapia génica
Como podemos leer en El País, no ha sido una sino dos las investigaciones publicadas. Ambas han sido realizadas por científicos relacionados con la prestigiosa Universidad de Hardvard. La primera de ellas ha sido dirigida por tres investigadores, mientras que la otra, en la cual nos centraremos, ha tenido como líder a la neurobióloga Gwenaelle Géléoc.
Ambos trabajos tuvieron mucho en común. Sin ir más lejos, los dos grupos usaron a un virus, conocido como Anc80L65, para poder seleccionar e introducir un gen concreto en un grupo de ratones totalmente sordos. Este gen llegaría a las células que se encuentran en el oído de los roedores, tanto internas como externas.
El gen del que hablo se denomina Ush1c, y es el encargado de sintetizar una proteína concreta. Cuando este gen funciona correctamente, cosa que no ocurría en los roedores, la proteína generada ayuda a procurar un correcto funcionamiento auditivo.
¿Qué ocurrió entonces con los ratones? Los científicos debían ahora comprobar si se habían producido cambios en la capacidad auditiva de los pequeños mamíferos. Tras someterlos a grandes y repentinos sonidos, pudieron asegurar que los roedores habían recuperado capacidad, ya que estos se asustaban notablemente. Algunos de los ejemplares eran incluso capaces de procesar susurros.
Como hemos podido ver, los estudios resultaron ser un éxito. Esta nueva terapia génica es muy prometedora, ya que aunque queda mucho trabajo por delante, los científicos esperan poder aplicarla algún día en humanos. De esta manera, podrían curarse trastornos que afectan a más de 100 millones de personas en todo el mundo.
Y a tí, ¿qué te ha parecido esta investigación? No olvides dejar tu opinión.
