SpaceX, la compañía aeroespacial del magnate Elon Musk, parece haberse recuperado totalmente de los problemas que le azotaron durante el pasado año. Cabe recordar que la empresa sufrió un duro revés después de que uno de sus cohetes hiciera explosión justo antes de su despegue.
Hace poco más de un mes os contábamos que dos turistas viajarían a la Luna en el año 2018, gracias a SpaceX. Hoy, en cambio, hablaremos de un logro algo distinto, pero que marcará un antes y un después en el mundo de los viajes espaciales.
Un cohete reutilizado
Para comenzar debemos responder a una pregunta, ¿qué entendemos por “cohete reciclado”? Si haces algo de memoria, es probable que recuerdes que SpaceX consiguió hacer aterrizar verticalmente uno de sus Falcon-9 el año pasado. Este hecho tiene mucho que ver con lo que hoy comentamos.
Ese mismo cohete, que en su momento fue el encargado de enviar suministros a la Estación Espacial Internacional, ha sido el elegido para esta nueva misión. Como podemos leer en El Mundo, y según comunicó la propia compañía, la aeronave Falcon-9 despegó este mismo jueves a las 18:27 desde el Kennedy Space Center de Florida.
¿Qué transporta esta vez? Un satélite de comunicaciones, el llamado SES-10, que será el responsable de mantener conectada Sudamérica y parte de México.
Lo verdaderamente importante de este reciclaje es el abaratamiento. Construir un cohete semejante y enviarlo más allá de la estratosfera tiene un coste cercano a los 100 millones de dólares, y de esta manera, los costes se ven reducidos significativamente. Concretamente, y según apuntan los responsables, el coste puede reducirse hasta un 30%.
De esta manera, se abre una nueva concepción de los viajes espaciales, en la que la eficiencia está más presente que nunca.
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Y tú, ¿qué opinas de SpaceX? ¿Hasta dónde crees que puede llegar?
