Lo cierto es que las patatas tienen muchos beneficios aunque, si las tomamos fritas, pueden hacer que engordemos. Sin embargo, nadie podría pensar que comer habitualmente patatas podría representar un riesgo para nuestra salud. Pero no dejamos de descubrir cosas, como que no existe una relación clara entre la ingesta de grasas saturadas y los problemas del corazón. Pues bien, ahora sabemos que las patatas “verdes” no son nada buenas para nosotros, lo que puede suponer un problema, ya que no siempre se separan de las demás cuando se envasan.
Leemos de este tema en Placer al plato: en realidad, las patatas verdes no necesitan madurar más, sino que han generado solanina, una toxina que las defiende de los insectos. Y puede causar trastornos muy variados, que llegan a alcanzar gravedad dependiente de la dosis de toxina. Van desde la fiebre y la habitual combinación de vómitos y diarrea hasta alucinaciones o parálisis temporal. La precaución más lógica es quitar la piel verde de las patatas, y también los brotes que se generen. Las patatas que se venden en los supermercados tienen niveles bajos de solanina, pero las máquinas que las clasifican dejan escapar alguna verde de vez en cuando.
Se aconseja consumir en poco tiempo las patatas, además de guardarlas en un lugar oscuro, fresco y seco (pero no en la nevera). Si las freímos se inactivará la toxina, aunque engordaremos al comerlas. Por desgracia, si optamos por cocerlas no evitaremos la solanina. Se han dado casos en los que las patatas han provocado pérdidas de consciencia, así que deberíamos tener cuidado con el tema. Al fin y al cabo, no cuesta nada quitar las partes verdes a las patatas, incluso aunque las consecuencias no vayan a resultar tan graves.
¿Qué opinas del tema? ¿Te ha sentado alguna vez mal una patata verde, o nunca has sufrido los efectos de la solanina?
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