¿Tiene sentido que un sistema operativo disfrute de una vida de catorce años?

Parece que lleve toda una vida con nosotros: Windows XP salió al mercado a finales del año 2001. Aún me acuerdo de lo que disfruté al migrar mi primer ordenador de Windows 98 a la última versión, en una época en la que la piratería parecía lo más lógico y lo correcto. Resultó revolucionario en su momento, pero ya han pasado más de doce años, y han salido el fallido Windows Vista, el muy superior Windows 7 y el sorprendente Windows 8. Es más, los rumores apuntan a que Windows 9 ya está planificándose. Y surge el debate de si Microsoft debe seguir cuidando de los usuarios del obsoleto Windows XP.

Primero supimos que el soporte para la plataforma sería de pago, pero ayer surgió la noticia de que se ofrecerían actualizaciones contra malware hasta julio del 2015. No cabe duda de que no tomar esta decisión, con una cuota del 28% del mercado, supondría un enorme riesgo para los usuarios y para la seguridad de Internet. Sobre todo porque Windows XP ya resulta propenso a los virus. Pero, francamente, creo que la postura de la multinacional de Redmond se ha vuelto muy blanda, y no tengo claro que demasiado lógica.

Ya que, ¿puede una empresa vender un sistema operativo y esperar catorce años a recibir ingresos por otra adquisición? Sin duda, no se trata de un negocio demasiado rentable. Ni OS X ni Android realizan este tipo de actualizaciones, si el hardware no soporta las nuevas versiones, hay que comprar otro. Por no hablar de que los usuarios viven en el pasado, ajenos a los avances de la última década. Tal vez los chicos de Steve Ballmer quieran apoyar al máximo a los clientes empresariales, de los que pueden obtener ingresos por otras vías y a los que no desearán incomodar. Pero, en lo que respecto al consumidor final, pienso que la situación se ha vuelto absurda.

Francamente, creo que el momento del adiós de Windows XP ha llegado, y no debería retrasarse más. No se le puede reprochar nada a Microsoft respecto a su soporte, pero el límite se ha sobrepasado ampliamente. Es la hora de abrazar opciones más modernas. Los profesionales han tenido mucho tiempo para adaptarse, y los usuarios personales deberían haber migrado hace años a alternativas superiores. Sé que Windows 8 ha recibido bastantes críticas, pero se trata del futuro de la compañía, y debería aplicarse un incentivo mucho más fuerte para la actualización.

¿Qué opinas del tema? ¿Coincides conmigo en que Microsoft tendría que abandonar a los que empleen Windows XP, o no lo ves factible considerando que representan una parte demasiado amplia del mercado?